L D (EFE) Para ello, el Ejecutivo comunitario tendrá que presentar el proyecto de la agencia lo antes posible para que el Consejo pueda aprobar una definición de los elementos principales antes de 2004, según las conclusiones de la Cumbre Europea, que serán aprobadas este viernes. El principal objetivo de la agencia no sería controlar directamente las fronteras, sino coordinar los centros de gestión ya aprobados (como el aéreo o el terrestre) y otro de nueva creación, el marítimo, cuya sede podría estar ubicada en España o Grecia. El proyecto de la agencia forma parte de una serie de medidas que los Quince quieren adoptar para dar un nuevo impulso a las políticas de inmigración y asilo, que están entre las menos desarrolladas de la UE.
En este sentido, el presidente de la Comisión, Romani Prodi, ha destacado que al estar cercana la ampliación a 25 miembros, las fronteras de la Unión se van a multiplicar y extender. Otro de los puntos tratados en la discusión sobre inmigración ha sido la necesidad de reforzar los controles de las fronteras marítimas, insuficientes e ineficaces. Por ello, los líderes de la UE han encargado a los ministros de Justicia e Interior que elaboren un programa de trabajo sobre esta cuestión para que pueda ser adoptado antes de final de año.
La cumbre ha confirmado también el carácter de "máxima prioridad" de las cuestiones de inmigración, especialmente la necesidad de controlar los flujos ilegales. El objetivo es lograr un equilibrio entre la necesidad de frenar la inmigración ilegal, así como la trata de seres humanos que este problema lleva aparejado, con una mejor integración de los inmigrantes. Los líderes han insistido en la necesidad de impulsar los acuerdos de readmisión que se negocian con países terceros para que se comprometan a acoger a sus ciudadanos que hayan tratado de entrar ilegalmente en territorio comunitario. Además, la firma de estos acuerdos de readmisión podría incluirse en la propuesta que la presidencia de turno italiana ha puesto sobre la mesa para establecer un sistema de cuotas de inmigrantes a nivel comunitario. La proposición, aún en su primera fase de evaluación, serviría de contrapartida para que los países terceros de los que salen la mayor parte de los inmigrantes que llegan ilegalmente a la UE firmen los acuerdos de readmisión.
Lo que no está muy claro es en la forma en la que se estructuraría este sistema de cuotas, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los países pero para el que los obstáculos técnicos son grandes. Existen diferentes puntos de vista sobre si las cuotas deben basarse en nacionalidad, cualificación profesional u otros criterios, además de que si, como piden los Estados miembros, cada país presenta su petición de forma individual, se convertiría en una mera suma de cuotas nacionales. Pero los países no están dispuestos a que la UE ejerza de controlador del número de inmigrantes con derecho a entrar cada año en sus territorios, razón por la que hoy los líderes se limitaron a reiterar a la Comisión la necesidad de que elabore un estudio detallado sobre la viabilidad de este proyecto.
En este sentido, el presidente de la Comisión, Romani Prodi, ha destacado que al estar cercana la ampliación a 25 miembros, las fronteras de la Unión se van a multiplicar y extender. Otro de los puntos tratados en la discusión sobre inmigración ha sido la necesidad de reforzar los controles de las fronteras marítimas, insuficientes e ineficaces. Por ello, los líderes de la UE han encargado a los ministros de Justicia e Interior que elaboren un programa de trabajo sobre esta cuestión para que pueda ser adoptado antes de final de año.
La cumbre ha confirmado también el carácter de "máxima prioridad" de las cuestiones de inmigración, especialmente la necesidad de controlar los flujos ilegales. El objetivo es lograr un equilibrio entre la necesidad de frenar la inmigración ilegal, así como la trata de seres humanos que este problema lleva aparejado, con una mejor integración de los inmigrantes. Los líderes han insistido en la necesidad de impulsar los acuerdos de readmisión que se negocian con países terceros para que se comprometan a acoger a sus ciudadanos que hayan tratado de entrar ilegalmente en territorio comunitario. Además, la firma de estos acuerdos de readmisión podría incluirse en la propuesta que la presidencia de turno italiana ha puesto sobre la mesa para establecer un sistema de cuotas de inmigrantes a nivel comunitario. La proposición, aún en su primera fase de evaluación, serviría de contrapartida para que los países terceros de los que salen la mayor parte de los inmigrantes que llegan ilegalmente a la UE firmen los acuerdos de readmisión.
Lo que no está muy claro es en la forma en la que se estructuraría este sistema de cuotas, que cuenta con el apoyo de la mayoría de los países pero para el que los obstáculos técnicos son grandes. Existen diferentes puntos de vista sobre si las cuotas deben basarse en nacionalidad, cualificación profesional u otros criterios, además de que si, como piden los Estados miembros, cada país presenta su petición de forma individual, se convertiría en una mera suma de cuotas nacionales. Pero los países no están dispuestos a que la UE ejerza de controlador del número de inmigrantes con derecho a entrar cada año en sus territorios, razón por la que hoy los líderes se limitaron a reiterar a la Comisión la necesidad de que elabore un estudio detallado sobre la viabilidad de este proyecto.