L D (EFE) Imaz, en una rueda de prensa en San Sebastián, hizo un llamamiento para llevar a cabo el debate "sin tensiones ni crispación", pues considera que el camino para avanzar "no son los frentes ni los palos en las ruedas" como los que, en su opinión, pone el vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al "amenazar" con medidas jurídicas y políticas contra el Plan Ibarretxe.
Recalcó que el deseo los partidos que forman el Gobierno vasco es "impulsar un debate sereno y un diálogo abierto" y por ello le gustaría que Rajoy, "en lugar del insulto, la amenaza y la descalificación, tratase de aportar razonamientos políticos e ingredientes para poder construir este país mediante un acuerdo de convivencia entre todos". Añadió el portavoz que "vamos a mantener la línea de no responder a insultos y descalificaciones. Una simple lectura deja a las claras que es un proyecto de convivencia", declaró el portavoz del Ejecutivo vasco, quien "respeta" que la presidente de EA, Begoña Errazti, haya manifestado que si su partido lo respalda es porque lo considera un paso hacia la soberanía.
En este sentido dice, Imaz explicó que "es una posición legítima de una formación que compone este Gobierno, que tiene unos objetivos políticos determinados y que los defiende. No es un proyecto rupturista ni de segregación y lógicamente es normal que partidos políticos lo valoren en la medida en la que entienden que es un elemento positivo para la defensa de sus posiciones", afirmó. Imaz cree el "problema de fondo" surgido con la propuesta del lehendakari, aprobada por el Consejo de Gobierno, es político y no jurídico y señaló que sobre este último aspecto hay diferencia de interpretaciones, incluidas las de "reconocidos constitucionalistas" que entienden que el Plan Ibarretxe tiene "un encaje perfecto" en la Carta Magna. "El problema es –explicó Imaz– si existe voluntad de que los marcos jurídicos puedan adaptarse a que tengamos el desarrollo de un proyecto de convivencia en la sociedad vasca, si deben ser los marcos jurídicos cauces para reflejar la voluntad de la propia sociedad o deben ser fundamentalmente elementos que traten de evitar que en la sociedad vasca pueda haber acuerdos de convivencia y caminos para alcanzar su normalización".
El Gobierno Vasco, indicó, reconoce las "dificultades" existentes para conseguir un acercamiento al PSOE y al PP, dada su "posición cerrada" al respecto, pero no para "conciliar acuerdos y adhesiones en el seno de la sociedad vasca", que "es la que marcará los límites en esta discusión".
Imaz ratificó lo ya manifestado por Juan José Ibarretxe, que se celebrará una consulta para que la sociedad vasca se pronuncie sobre el plan, aunque no fuera aceptado en las Cortes Generales tras haberlo sido en el Parlamento de Vitoria. "Se ha abierto un camino ilusionante y creo que tenemos lehendakari para muchos años", aseguró el portavoz del Gobierno Vasco, con lo que dio por zanjado que él pueda situarse como sucesor de Ibarretxe y no de Arzalluz, un deseo expresado por el presidente del PNV cuando dijo que prefería que Joseba Egibar fuera su heredero.
Recalcó que el deseo los partidos que forman el Gobierno vasco es "impulsar un debate sereno y un diálogo abierto" y por ello le gustaría que Rajoy, "en lugar del insulto, la amenaza y la descalificación, tratase de aportar razonamientos políticos e ingredientes para poder construir este país mediante un acuerdo de convivencia entre todos". Añadió el portavoz que "vamos a mantener la línea de no responder a insultos y descalificaciones. Una simple lectura deja a las claras que es un proyecto de convivencia", declaró el portavoz del Ejecutivo vasco, quien "respeta" que la presidente de EA, Begoña Errazti, haya manifestado que si su partido lo respalda es porque lo considera un paso hacia la soberanía.
En este sentido dice, Imaz explicó que "es una posición legítima de una formación que compone este Gobierno, que tiene unos objetivos políticos determinados y que los defiende. No es un proyecto rupturista ni de segregación y lógicamente es normal que partidos políticos lo valoren en la medida en la que entienden que es un elemento positivo para la defensa de sus posiciones", afirmó. Imaz cree el "problema de fondo" surgido con la propuesta del lehendakari, aprobada por el Consejo de Gobierno, es político y no jurídico y señaló que sobre este último aspecto hay diferencia de interpretaciones, incluidas las de "reconocidos constitucionalistas" que entienden que el Plan Ibarretxe tiene "un encaje perfecto" en la Carta Magna. "El problema es –explicó Imaz– si existe voluntad de que los marcos jurídicos puedan adaptarse a que tengamos el desarrollo de un proyecto de convivencia en la sociedad vasca, si deben ser los marcos jurídicos cauces para reflejar la voluntad de la propia sociedad o deben ser fundamentalmente elementos que traten de evitar que en la sociedad vasca pueda haber acuerdos de convivencia y caminos para alcanzar su normalización".
El Gobierno Vasco, indicó, reconoce las "dificultades" existentes para conseguir un acercamiento al PSOE y al PP, dada su "posición cerrada" al respecto, pero no para "conciliar acuerdos y adhesiones en el seno de la sociedad vasca", que "es la que marcará los límites en esta discusión".
Imaz ratificó lo ya manifestado por Juan José Ibarretxe, que se celebrará una consulta para que la sociedad vasca se pronuncie sobre el plan, aunque no fuera aceptado en las Cortes Generales tras haberlo sido en el Parlamento de Vitoria. "Se ha abierto un camino ilusionante y creo que tenemos lehendakari para muchos años", aseguró el portavoz del Gobierno Vasco, con lo que dio por zanjado que él pueda situarse como sucesor de Ibarretxe y no de Arzalluz, un deseo expresado por el presidente del PNV cuando dijo que prefería que Joseba Egibar fuera su heredero.