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Carlos Mesa advierte del "serio riesgo" que corre la democracia en Bolivia

Los grupos opositores que protagonizaron las revueltas que acabaron con el Gobierno anterior en Bolivia, le recuerdan constantemente al actual presidente, Carlos Mesa, que le han dado 90 días para poner soluciones. Mesa, ante el cuerpo diplomático acreditado en Bolivia, ha dicho que el sistema democrático está en "serio riesgo" si la población no acepta retrasar sus exigencias hasta que se resuelvan los problemas principales, que son fundamentalmente económicos y políticos.

L D (EFE) La advertencia del mandatario, que este viernes cumplió dos semanas al frente del poder Ejecutivo, fue pronunciada en el discurso de agradecimiento al saludo protocolario del cuerpo diplomático acreditado ante el Gobierno.

"Si este gobierno no tiene éxito, el mecanismo que nos ha cobijado durante 21 años corre serio riesgo", sostuvo Mesa. El presidente, que asumió la jefatura del Estado desde la vicepresidencia, después de que Gonzalo Sánchez de Lozada renunciara pasado 17 de octubre en medio de una grave crisis social, aludía así a la proliferación de advertencias de que el Gobierno no va a durar.
 
Dirigentes de los sectores que encabezaron las protestas que llevaron a la renuncia de Sánchez de Lozada han otorgado a Mesa una tregua de 90 días para que sus demandas sean resueltas por la nueva administración. "Cuando algún líder sindical, político o social augura a este gobierno un tiempo muy corto, cuando dicen Mesa caerá en 90 ó 180 días, no hacen un mal augurio al presidente sino que están planteando la perspectiva peligrosa de colocarle un plazo a la viabilidad del mecanismo democrático", precisó el mandatario.

Comportarse "a la altura del desafío"

Mesa reconoció la preocupación de la comunidad internacional sobre las posibilidades del nuevo gobierno después de la crisis social que afrontó en octubre y de si Bolivia podrá garantizar la estabilidad democrática. "La comunidad internacional tiene miedo de que, en un contexto social tan explosivo, no podamos resolver los problemas y en un tiempo corto estemos rodeados de presiones que se hagan insostenibles para todos", alertó el Jefe de Estado ante los embajadores.

"De verdad esta es una oportunidad muy estrecha e importante, con grandes riesgos adelante, y si (los bolivianos) no nos comportamos a la altura del desafío podemos poner en riesgo la estabilidad del gobierno y el futuro de la nación", subrayó. El riesgo sólo podrá ser superado, a juicio del gobernante, si las organizaciones que le han concedido una tregua, dejan de lanzarle amenazas y demuestran flexibilidad. "No es el tiempo de los plazos ni de los malos augurios. Es el tiempo de comprender que todos debemos ceder posiciones. Que todos debemos ser flexibles y amplios de mente", insistió.
 
"Transparencia y honestidad"

Mesa prometió que su gobierno asumirá "con valentía, transparencia y honestidad" el desafío de superar el trance. Remarcó que la situación económica del país es grave y que, por tanto, "nadie va a lograr obtener la totalidad de sus deseos en un momento tan difícil". El presidente también aseguró que las líneas fundamentales de su administración serán la "transparencia y la honestidad" para responder a su compromiso de convocar a un referéndum que decida sobre el proyecto de exportación de gas a Norteamérica y la convocatoria, en un "tiempo razonable", de una Asamblea Constituyente para reformar la Carta Magna.

Tras el acto, el presidente y los embajadores extranjeros asistieron a una celebración religiosa en la catedral metropolitana de La Paz convocada para orar por la permanencia de la paz en el país y en homenaje a los más de 70 fallecidos durante los días de convulsión vividos en octubre.

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