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Soldados de la Coalición buscan en Irak a un periodista portugués secuestrado

Miles de soldados británicos, junto a miembros de la Guardia Nacional Republicana de Portugal, participan en las operaciones de búsqueda del reportero portugués Carlos Raleiras. El periodista fue raptado este viernes cuando viajaba junto a otros ocho periodistas lusos que se desplazaban en tres vehículos hacia Basora para encontrarse allí como los 128 guardias portugueses que se incorporarán próximamente en la sede de los carabinieri italianos en Nasiriya.

L D (Agencias) El periodista desaparecido, enviado especial de la radio privada TSF, confirmó el secuestro a través de su móvil a varios medios lusos, dijo que no sufría heridas y reconoció que la situación "es muy complicada".
 
Por su parte, la emisora TSF aconsejó a otros medios de comunicación que no intenten contactar con Raleiras para no obstaculizar su liberación. Según informó Euronews desde Irak, los raptores reclaman 50.000 dólares por liberar al reportero.
 
El Gobierno portugués afirmó en comunicado que había autorizado el traslado de los periodistas a Irak el pasado miércoles junto a los 128 voluntarios de la Guardia Nacional Replicana, aunque había avisado que no reunía condiciones para "garantizar su seguridad" si optaban por permanecer en el terreno, informa la agencia Europa Press.
 
La columna de tres vehículos fue atacada cerca de Basora, en el sur de Irak, por cinco hombres armados. En la emboscada, la enviada especial de La televisión privada lusa SIC resultó herida de bala en una pierna, aunque su estado es estable tras ser atendida en un hospital militar británico de Basora. El resto de periodistas, dos de la Radio Televisión Portuguesa (RTP), una de la emisora Radio Renascença (RR), reporteros del canal TVI y uno del periódico Público, repartidos en dos vehículos, lograron escapar al ataque.
 
Un tercer vehículo, en el que viajaban el periodista desaparecido y la reportera herida junto al cámara del canal SIC , fue atacado cuando intentaba regresar a Kuwait. El enviado especial de la RTP dijo a la Agencia Lusa que "quizás fue una imprudencia entrar en el país sin seguridad" después de que los guardias portugueses les comunicaran en la víspera que no podían ofrecer protección a los periodistas que habían acompañado al contingente luso desde Lisboa.

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