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Ferrero se hunde en el quinto set ante Philippoussis y Australia se queda con la Ensaladera

España se ha quedado a las puertas de lograr el reto de ganar la Copa Davis en tierras australianas. Juan Carlos Ferrero y Mark Philippoussis disputaron el que sería el definitivo partido de la final. El español lo tenía todo de cara al remontar dos sets en contra, pero en el quinto Mark Philippoussis resurgió de sus cenizas y con el hombro derecho casi roto venció acabó ganando y selló la victoria de Australia por 3-1.

L D (EFE) En el duelo entre los dos números uno de ambas formaciones, Philipoussis se impuso a Ferrero por 7-5, 6-3, 1-6, 2-6 y 6-0 en tres horas y 12 minutos, y Australia ganó la Copa Davis por 28 ocasión. Tras perder los dos primeros sets, y cuando todo parecía perdido Ferrero se liberó de toda la tensión acumulada y en una magnífica reacción logró por fin controlar el endemoniado servicio de Scud (21 saques directos en total), conectando mejor sus restos, especialmente de revés.

El partido dio un giro espectacular en el segundo juego del tercer set, cuando Ferrero, por fin, tras una interminable agonía, logró quebrar el saque de Philippoussis por primera vez en todo el partido y a la séptima oportunidad en este juego, después de que Philippoussis cometiera cuatro dobles faltas y conectara tres saques directos. El australiano, que en las dos ocasiones anteriores contra Ferrero, en tierra, había perdido, se fue hundiendo paulatinamente, y sus dobles faltas se acumularon, hasta acabar con 16. Ferrero vio un camino hacia la victoria y posibilitar así el duelo de Lleyton Hewitt y Carlos Moyá en el quinto y definitivo punto.

Todo además parecía propicio cuando en el descanso del comienzo del quinto set, Philippoussis tuvo que recibir atención médica para solucionar sus problemas en el hombro. Parecía hundido, condenado, pero resurgió de forma increíble, y a pesar del dolor levantó el partido atacando en cada punto de la mejor manera australiana, con reveses cortados y empujando con todo su cuerpo. Ferrero, muy cansando y también con problemas físicos en sus piernas, cedió su saque en el segundo y cuarto juego. El campeón de Roland Garros salvó dos puntos de partido con su servicio en el sexto juego, pero al tercero un globo del valenciano se quedó corto y "Scud" clavó su remate, con rabia, para acabar tendido en el suelo llorando de alegría. Una vez más el gigante de Melburne daba la victoria a su país, como sucedió en la final de 1999 contra Francia en Niza.

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