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Trillo atribuye a un posible "soplo" la emboscada contra los agentes del CNI

La capilla ardiente con los restos mortales de los siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) asesinados en Irak ha quedado instalada en el Hospital Central de la Defensa. El ministro Trillo ha explicado que no hubo errores de seguridad y ha precisado que "estaban juntos" en el momento de la emboscada terrorista "porque se trataba del relevo".

(Libertad Digital) El ministro de Defensa, Federico Trillo, ha negado que los siete agentes del servicio secreto asesinados en Irak se comportaran con imprudencia, y atribuyó el ataque a una posible "traición".

En declaraciones a RNE, el ministro indicó que es probable que este ataque "se vincule con el asesinato de Jose Antonio Bernal", el sargento primero del Aire adscrito al CNI que fue tiroteado en Bagdad el pasado 9 de octubre por alguien que sabía dónde vivía.
 
Un "soplo", una "traición" o un seguimiento "muy estricto"
 
A juicio de Trillo, pudiera ser que estuviéramos ante "un soplo, una delación o una traición de alguien de aquel entorno, que nunca es absolutamente controlable". En Telecinco, el titular de Defensa ha explicado que, a su juicio, lo "más probable" es que los agentes fueron objeto de un seguimiento "muy estricto" y que, como ocurrió también en el caso del suboficial Bernal, "se les haya preparado sencillamente una emboscada". "Esto, por la ejecución, es a mi juicio lo más probable".
 
En declaraciones "Protagonistas" de Onda Cero, el titular de Defensa ha hecho hincapié en esta misma hipótesis, al afirmar que "España estaba recibiendo amenazas de manera persistente y era claramente uno de los objetivos" porque "forma parte del núcleo duro de la coalición internacional contra el terrorismo". Trillo ha añadido que los agentes, precisamente por ser españoles, pudieron ser "el objetivo elegido", además de que hubiera "algún tipo de contacto de observación" o "de seguimiento de los agentes".
 
No hubo errores de seguridad, según Trillo
 
En "La Mañana" de la Cadena COPE, el ministro ha explicado que, de los ocho agentes, cuatro "apenas llevaban tres días en Irak", y que todos "estaban juntos" en el momento de la emboscada "porque se trataba del relevo". "Era una toma de contacto", añadió. También negó que se hubieran producido errores de seguridad y apuntó que los agentes incluyeron en su desplazamiento dos factores sorpresa: uno, el tiempo, al adelantar su salida, y otro, el espacio, al elegir una vía que no era la autopista, ya que pensaron que la carretera elegida estaba más transitada y era más fácil pasar inadvertidos. "Los agentes del CNI son extremadamente cautelosos con los temas de seguridad", concluyó Trillo.
 
El ministro también ha explicado, según informa Europa Press, que "los agentes del Centro Nacional de Inteligencia tienen fama, en otros servicios y desde luego en las Fuerzas de Seguridad, por su extremado cuidado en las medidas de seguridad". Con respecto al hecho de que usaran dos vehículos todoterreno para desplazarse, Trillo ha afirmado que "los coches todoterreno no son inusuales en Irak, aunque no son los que pertenecen a las clases populares, pero el aspecto de nuestros agentes se confundía con el paisaje, para decirlo con toda claridad". Según el ministro, el personal del CNI desplazado a Irak está totalmente "mimetizado" con la población de la zona.
 
Los agentes fallecidos son Alberto Martínez González, que era el máximo responsable de los servicios secretos españoles en Irak, Carlos Baró Ollero, Alfonso Vega Calvo, Luis Ignacio Zanón Tarazona, José Merino Olivera, José Carlos Rodríguez Pérez y José Lucas Egea. El único agente que salvó la vida en este ataque es José Manuel Sánchez Riera.

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