L D (N. G. Mostazo) Son miles de cartas y correos electrónicos los que se han recibido en el Centro Nacional de Inteligencia desde el pasado sábado por la tarde, cuando se conoció la noticia del asesinato en Irak de siete de sus agentes operativos.
Hay correos electrónicos remitidos desde Australia, Hong Kong, muchos países de Latinoamérica, Estados Unidos y, sobre todo, desde España. Son "testimonios de agradecimiento" y de "ánimo" para el servicio secreto, que en su historia nunca había recibido un golpe tan duro como el del sábado, con la pérdida de siete de sus agentes en una misma operación.
Estaban allí para ayudar
"La gente comprende que estaban allí arriesgando sus vidas por los demás", afirmaron fuentes del CNI consultadas por Libertad Digital. Los siete agentes fallecidos y el superviviente de la trágica emboscada no estaban en Irak por su "beneficio económico", como explican las mismas fuentes, sino para "ayudar a la reconstrucción iraquí" y para garantizar la seguridad de las tropas españolas e iberoamericanas desplegadas al sur de Irak en la Brigada "Plus Ultra" del Ejército español.
Según pudo saber Libertad Digital, la avalancha de correos electrónicos y cartas se inició el domingo, aunque aumentó el lunes, con la llegada a España de los cuerpos de los agentes asesinados en Irak, y aún fue más abundante el martes y el miércoles, cuando se dispuso la capilla ardiente en el Hospital General de la Defensa y se celebraron los funerales de Estado por el alma de los siete oficiales en el patio de la sede central del CNI, presidido por Sus Majestades los Reyes.
Lección de entereza de los familiares
Hay cartas de "gente muy humilde, cariñosa, impactada por la lección de entereza que han dado los familiares" de los agentes, según las mismas fuentes. Algunas son de soldados que sirvieron a las órdenes de los agentes fallecidos cuando, hace una década, aún formaban parte del escalafón militar. "Les admiraban", afirman las fuentes, y "así nos lo han hecho saber" para que el CNI se lo pueda comunicar a las familias de los oficiales asesinados en Latifiya.
"Intentamos contestarlas a todas –dijeron las fuentes consultadas por Libertad Digital– pero no damos abasto", aunque "trataremos de ir haciéndolo" porque "somos muy pocos" para hacer frente a una tarea que, por el lado personal, resulta "dolorosa", porque conocían a los agentes fallecidos, pero "muy satisfactoria" porque "nos llena de orgullo saber que hay mucha gente que, desde tantos lugares diferentes, comprende nuestra labor y nos anima a seguir adelante".