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Europa y Estados Unidos critican la escasa limpieza en las elecciones rusas

Con casi el 98 por ciento de los votos escrutados, Rusia Unida, el partido del presidente ruso, Vladimir Putin, habría obtenido un 37,09 por ciento en las elecciones legislativas celebradas este domingo en Rusia. Su rival más cercano, el Partido Comunista, sólo un 12,7. La OSCE, el Consejo de Europa y la Casa Blanca han expresado su preocupación por la escasa limpieza de los comicios.

L D (EFE) La fuerza que apoya al presidente y que ha contado con todo el apoyo de Putin durante la campaña electoral obtendría al menos 222 de los 450 escaños de la Duma, compuesta a mitad por listas de partido y por circunscripciones.
 
Rusia Unida conseguiría 117 escaños por lista de partido y 105 en las circunscripciones mayoritarias. El Partido Comunista obtendría sólo 53 escaños, 41 por lista de partido y doce por circunscripciones.

A los escaños de Rusia Unida se deben sumar los al menos 19 mandatos que ganó en las mayoritarias su aliado, el Partido Popular de Rusia (PPR), a pesar de no haber podido superar el cinco por ciento en las elecciones por listas de partidos. La tercera fuerza en el Parlamento, el nacionalista Partido Liberal Democrático, que sumaría 38 escaños por lista de partido, cuenta con una larga trayectoria en el Parlamento marcada por discursos radicales y votaciones favorables al Kremlin. La cuarta fuerza que ha superado la barrera del cinco por ciento, el bloque Ródina (Patria), fusión de nacionalistas y socialistas que en este debut obtendría 36 escaños, tampoco promete ser un interlocutor imposible para el Kremlin.

Putin dominará totalmente la Duma

La ausencia de la oposición liberal y la debilidad de los comunistas podría permitir incluso la modificación de la Carta Magna, que el próximo día 12 cumplirá diez años. El presidente ruso, que ya ahora goza de enormes poderes, podría ampliar el período de su mandato, actualmente de cuatro años, o ser reelegido por más de un plazo, lo cual le permitiría, en caso de su ya indudable victoria en marzo de 2004, renovar su mandato también en 2008.

Sin embargo, en sus primeras declaraciones tras conocerse los resultados preliminares, Putin ha pedido "consolidar el régimen constitucional y la Constitución". "Los resultados de los comicios reflejan las verdaderas simpatías de la población, lo que piensa el pueblo de Rusia y las realidades de la vida política", ha dicho el presidente en una reunión con los miembros del Gobierno. Pero también ha advertido "a quienes se consideran vencedores" contra "la euforia innecesaria", y alienta a "quienes se sienten perdedores" a promover ideas y candidatos para las estructuras del poder.
 
Críticas de la OSCE, el Consejo de Europa y la Casa Blanca

Inesperadamente para el Kremlin, la fiesta se la han aguado los observadores europeos de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (PACE). Mientras Putin se vanagloriaba de que "el Estado garantizó unas elecciones honradas, libres y abiertas", un informe de los observadores expresaba una "impresión general del proceso electoral en conjunto" que "podría ser considerada un retroceso de la democracia en Rusia". No se referían a un fraude, pues "desde el punto de vista técnico se observaron todos los procedimientos de votación", sino a la campaña del partido oficialista.

El informe hace hincapié en el "amplio uso del recurso administrativo y el favoritismo de los medios informativos hacia el partido oficialista, lo que provocó la apatía del electorado". Como resultado, las elecciones "no se corresponden con muchas de las obligaciones contraídas por los países miembros de la OSCE y el Consejo de Europa", y ponen en duda "el propósito de Rusia de avanzar en concordancia con los criterios europeos de lo que son unas elecciones democráticas". Por último, los observadores europeos han mostrado su esperanza de que "las próximas elecciones presidenciales (en marzo de 2004) respondan mejor a los estándares internacionales aceptados universalmente".
 
Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, ha sido tajante al afirmar que "la OSCE supervisó esas elecciones y han expresado su preocupación acerca de la limpieza de la campaña electoral. Nosotros lo compartimos".

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