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Javier Gómez de Liaño: "En España no hay tantos Enriques Bacigalupos"

El Pleno del Tribunal Constitucional denegó el amparo a Javier Gómez de Liaño contra la sentencia del Supremo que le condenó por prevaricación en el caso Sogecable. A pesar de las irregularidades que planean sobre esta sentencia y todo el proceso, Liaño sigue creyendo "casi a ciegas en la Justicia". Además, en La Mañana de la COPE ha desvelado qué hay detrás de las decisiones de Enrique Bacigalupo.

(Libertad Digital) Preguntado en "La Mañana" de la Cadena COPE por si, a pesar del último episodio del Constitucional, sigue creyendo en la Justicia, Javier Gómez de Liaño respondió: "Casi, casi a ciegas. Yo tengo que seguir creyendo a trancas y barrancas". "Creo que los jueces, salvo muy contadas excepciones pero que hacen un enorme daño a la Justicia, es de las mejores cartas que tenemos en la baraja", añadió.
 
Para recalcar su confianza en la Justicia que se imparte de nuestro país, el ahora prestigioso abogado sentenció: "En España no hay tantos Enriques Bacigalupos". Sobre si va a recurrir al Tribunal de Estrasburgo, Liaño explicó que "hay cosas que no tienen marcha atrás. Esto hay que seguir adelante". "Creo que el derecho al juez imparcial Estrasburgo lo tiene muy estudiado y además en menos de cuatro años ha condenado a España en dos ocasiones" por este motivo, añadió Liaño, que recordó eso sí que, salvo excepciones, las condenas de Estrasburgo no obligan a que se repita la sentencia. Algo que podría explicar la decisión del TC.
 
La verdad de la motivación de Bacigalupo
 
Liaño, que se enteró por la radio de la decisión del Constitucional, ha informado de que días antes desde el Tribunal Constitucional se le adelantó cuál iba a ser la decisión sobre su recurso. "De momento no voy a dudar de la imparcialidad de los magistrados", precisó Liaño, que en su entrevista en la COPE decidió explicar cuáles fueron los verdaderos motivos que tuvo el juez Enrique Bacigalupo para iniciar su particular persecución judicial contra su persona:
 
"La motivación de Bacigalupo se reduce a lo siguiente, cosa que hasta ahora no he contado. El señor Bacigalupo aspiraba a ser presidente de la Sala segunda del Tribunal Supremo en 1995, cuando estaba en plena ebullición el asunto de los GAL. Hasta ese momento me había parecido un buen jurista y era partidario de dar mi voto para que fuera presidente. Lo que ocurre es que me llega una noticia espeluznante y es que él quiere ser presidente de la Sala Segunda para cerrar el asunto de los GAL. Él garantizaba que ese asunto no iba adelante como no fue tampoco el asunto Filesa".
 
Liaño recordó que "cuando él (Bacigalupo) pensaba que mi voto iba a su canasta pues no fue a su canasta". "Me consta, y hay testigos presenciales, que a partir de ese momento juró que se vengaría. Esto es muy grave, pero como hay testigos que lo oyeron, por eso lo digo. Pensar que esa persona después me va a juzgar por un delito nada más y nada menos que prevaricación en el que está implicada un parte querellante que es el Grupo Prisa –apuntó Liaño– al que él pertenece de una manera manifiesta a través de su abogado González Cuellar, esto no lo admite ni lo aguanta ningún tribunal garante de los derechos fundamentales". El diario El Mundo publicó en su momento que Bacigalupo enviaba clientes al despacho del abogado de Prisa, la parte querellante en el juicio contra Liaño.

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