L D (EFE) La prensa italiana ya se ha apresurado a coronar a Nedved y pocos diarios transalpinos ponen en duda la victoria del checo. A sus 31 años, Nedved se ha convertido en una pieza clave de su equipo, al que llegó en sustitución del francés Zinedine Zidane. Su incansable trabajo en el centro del campo ha contribuido a que los aficionados olvidaran a "Zizou" y que el equipo ganara el año pasado la Liga y la Supercopa de Italia y llegara a la final de la Liga de Campeones. Pero Nedved cuenta con aliciente, ya que es el indiscutible líder de la selección checa, invicta en los últimos 19 partidos y una de las favoritas para la próxima Eurocopa.
El extraordinario final de año del delantero del Arsenal, unido a una temporada cargada de recompensas individuales, le convierten también en un perfecto candidato para el Balón de Oro. Entre los argumentos que se presenta a su favor el delantero figura en primer rango la victoria de Francia en la Copa de Confederaciones, único trofeo de selecciones de 2003, en la que fue ganador, máximo goleador y mejor jugador. Pero sus números también son impecables en el Arsenal, con el que la pasada campaña marcó 24 goles, a uno del máximo anotador, y dio 23 pases decisivos, un récord en la Premier League. El punto débil de Henry es la irregularidad de su club en la competición europea, constatada una vez más en esta temporada, en la que logró con dificultades el pase a octavos. Más allá de esos dos jugadores, Paolo Maldini ha sonado durante un tiempo como favorito, aunque ahora todo apunta a que añadirá a su nutrido palmarés un simbólico "balón de bronce".