(Libertad Digital) Este domingo, el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, concedió una entrevista a Esther Esteban para el diario El Mundo. El líder socialista sostiene que la solución para España es que gane su partido: "Yo garantizo la unidad de España", dice Zapatero, por paradójico que parezca. Pero además, parece haber encontrado la fórmula para que el referéndum que promete Maragall quede en consulta legal.
Desde su punto de vista, él es el término medio, la "actitud reformista" que hay "entre el inmovilismo del PP y el rupturismo de Ibarretxe". Las similitudes entre el plan secesionista del lehendakari y el pacto firmado por Maragall con Carod Rovira para llegar a la Generalitat, las soluciona sin mayores complicaciones. La clave es la forma de hacer la consulta popular que según Zapatero, en el caso de Maragall "no es un referéndum, es una consulta dentro de la legalidad. Punto".
Pero lo que el ya presidente de la Generalitat ha anunciado es que el Parlamento catalán debatirá y aprobará una reforma del Estatuto de Autonomía –introduciendo para que progrese los postulados de ERC– y que si el Gobierno central no lo admite, hablarán los ciudadanos pese a que tanto la Constitución como el Estatuto de Autonomía catalán prevén que estas decisiones han de pasar por las Cortes Generales y como ley orgánica. Aún así, Ni Zapatero ni Maragall lo quieren llamar referéndum.
Cuando se pregunta a Zapatero en El Mundo cómo llevar a cabo esa "consulta", responde así: "Hay muchas fórmulas (...) El Gobierno de la nación ha hecho una consulta con el Plan Ibarretxe, ha ido a los empresarios y han hecho una declaración conjunta, igual que con los sindicatos, la UE, los parlamentos autonómicos, los ayuntamientos... eso es una consulta". Añade Zapatero que en estos casos de "pronunciamiento democrático de instituciones y organizaciones sociales, nadie se ha preguntado si eso era legal o no". Se refería en este sentido a la reciente aprobación de reforma del Código Penal que tipifica como delito la convocatoria de consultas o referéndum careciendo de competencias para ello.
En suma, el referéndum de Maragall se valdrá de la forma en la que el Gobierno ha tratado de demostrar –casi siempre respaldado por el PSOE, salvo en la FEMP, justo cuando llegó Francisco Vázquez a su presidencia– que la gran mayoría de las instituciones rechazan el Plan Ibarretxe.