LD (EFE) Según informaron fuentes jurídicas, tras tomar declaración a la joven en presencia de un abogado de su confianza, el juez de la Audiencia Nacional, a instancias del fiscal Ignacio Gordillo, acordó dejarla en libertad con la obligación de comparecer cada quince días en el juzgado más próximo a su domicilio.
En su declaración, Biurraren se mostró algo nerviosa y, aunque admitió conocer a Garikoitz Arruarte, uno de los detenidos por el citado intento de atentado, aseguró desconocer la presunta vinculación de éste con la banda terrorista. Según explicó, Arruarte le pidió una tarde un coche y ella, al tratarse de un amigo, le dejó el de su padre, un Opel Frontera, porque en ese momento era el único que tenía disponible, aunque nunca supo que lo hubiera usado para trasladar explosivos, según explicó.
Respecto a la razón por la que no se encontraba en su domicilio cuando la Policía acudió a detenerla, Biurraren contestó que ese día estaba en su pueblo, además de negar en todo momento cualquier relación con ETA. La joven admitió asimismo que también conocía a Josu Oiaga, el otro presunto colaborador de los dos etarras detenidos para el que también se ha decretado una orden de busca y captura por ser quien presuntamente les dejó el garaje para ocultar los explosivos a la espera de colocarlos en el tren el Intercity San Sebastián-Madrid contra el que iban a atentar.