L D (Agencias) Los planes de ETA estaban prácticamente ultimados, tal y como publica este sábado el diario El Correo. Según la documentación de Susper, el atentado iba a cometerse durante esta Navidad. Para ello, los terroristas pretendían introducir un coche fúnebre en el aparcamiento de los Juzgados de la capital vasca. En el vehículo ocultarían una gran cantidad de explosivos. Los etarras pretendían eludir los controles policiales haciéndose pasar por empleados de una funeraria. También se aprovecharían de que en las instalaciones de los Juzgados hay siempre coches fúnebres puesto que allí se ubica la clínica forense.
Los terroristas disponían de una detallada descripción del interior del Palacio de Justicia e información sobre los accesos y las posibles maneras de abandonar el inmueble, lo que hace sospechar a los responsables de la lucha antiterrorista que ETA tiene un informador dentro de la Audiencia.
El diario sostiene que los etarras habían concretado un plan alternativo por si no conseguían introducir en el aparcamiento de la Audiencia el coche fúnebre. Lo harían explotar en el exterior pese a que en su perímetro está prohibido aparcar después de que ETA colocara hace dos años un coche bomba cargado con 40 kilos de dinamita. En esa ocasión resultó afectada parte de la fachada y provocó cuantiosísimos daños materiales.