(Libertad Digital) Desde ese momento arranca un debate que el autor va siguiendo a través de las trayectorias vitales de los personajes que lo encarnan: la presencia del liberalismo con partido propio o la influencia de sus ideas a través de formaciones más amplias.
Ese debate se da ya en las juventudes liberales. Enrique de Diego ha indagado en la forma en la que confluyen algunas decenas de jóvenes en un liberalismo proscrito a lo largo del franquismo. El autor narra una historia poco conocida, la de las juventudes de UCD, que fue un vivero importante de vocaciones políticas y también de intenso debate ideológico, como se plasmó en su agitado II Congreso.
Los jóvenes liberales generaron, en su carácter minoritario, dos sensibilidades –chelis y vaticanistas– cuyos comportamientos internos describe a través de los testimonios de los protagonistas, que han sido un elemento clave de documentación del libro. Entrando en los aspectos humanos, pues el libro incide en la indagación de la naturaleza de la condición política, el autor describe las consecuencias de la caída de UCD en la vida de los políticos, que intentan sobrevivir a través de la Unión Liberal y de la operación Roca. Es la etapa en la que el liberalismo se convierte en coartada legitimadora de otras opciones.
Enrique de Diego estudia también el nacimiento político de la segunda generación de políticos liberales, los que constituirían el núcleo duro del gabinete de Aznar en La Moncloa, y han pasado a ser el equipo de campaña de Mariano Rajoy. Los liberales terminan por confluir en AP y, sobre todo en el PP refundado, aportando la corriente intelectual básica de la alternativa al socialismo.
El libro, que llega hasta el inicio de la precampaña electoral, muestra cómo muy pocas personas han conseguido influir mucho, las relaciones personales de amistad que les ha permitido escalar a los puestos más elevados de poder y también los hitos intelectuales en los que se plasmó la influencia y el poder de las ideas liberales.