L D (EFE) El viaje de Bremer se produce en medio de la creciente presión por parte de los iraquíes a la Autoridad Provisional de Irak para que se celebren elecciones y se produzca el traspaso de poder de las autoridades de la coalición a un órgano ejecutivo iraquí.
Miles de chiíes se manifestaron este jueves en la ciudad de Basora, en el sur, para exigir elecciones generales antes del traspaso de poder.
En la marcha se corearon eslóganes en contra de la coalición ocupante y en favor del principal líder espiritual de la comunidad chií, el gran ayatolá Ali Sistani, quien ha advertido de que en caso de que sus exigencias sean rechazadas "aparecerán nuevos problemas políticos y de seguridad", y no descartó una revolución en todo Irak, ya que "el pueblo no quiere otro gobierno nombrado por los estadounidenses".
El plan de Bremer prevé la creación de una asamblea provisional e inmediatamente después la constitución de un Gobierno que asuma la soberanía antes del 1 de julio, pero diversos grupos políticos iraquíes quieren que esa asamblea sea elegida en las urnas. Este plazo del 1 de julio fue puesto en cuestión el martes por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien consideró que todavía hay asuntos por resolver antes de fijar una fecha definitiva.
Las fuentes estadounidenses rechazaron relacionar el viaje de Bremer con estas expresiones de descontento entre los iraquíes y lo enmarcaron en la ronda de consultas habituales que mantiene con los máximos responsables del Gobierno Bush. En Nueva York, explicaron, Bremer tratará de negociar el regreso cuanto antes de funcionarios de la ONU a Irak, que salieron del país tras el atentado que sufrió su sede en Bagdad en agosto pasado.
Miles de chiíes se manifestaron este jueves en la ciudad de Basora, en el sur, para exigir elecciones generales antes del traspaso de poder.
En la marcha se corearon eslóganes en contra de la coalición ocupante y en favor del principal líder espiritual de la comunidad chií, el gran ayatolá Ali Sistani, quien ha advertido de que en caso de que sus exigencias sean rechazadas "aparecerán nuevos problemas políticos y de seguridad", y no descartó una revolución en todo Irak, ya que "el pueblo no quiere otro gobierno nombrado por los estadounidenses".
El plan de Bremer prevé la creación de una asamblea provisional e inmediatamente después la constitución de un Gobierno que asuma la soberanía antes del 1 de julio, pero diversos grupos políticos iraquíes quieren que esa asamblea sea elegida en las urnas. Este plazo del 1 de julio fue puesto en cuestión el martes por el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, quien consideró que todavía hay asuntos por resolver antes de fijar una fecha definitiva.
Las fuentes estadounidenses rechazaron relacionar el viaje de Bremer con estas expresiones de descontento entre los iraquíes y lo enmarcaron en la ronda de consultas habituales que mantiene con los máximos responsables del Gobierno Bush. En Nueva York, explicaron, Bremer tratará de negociar el regreso cuanto antes de funcionarios de la ONU a Irak, que salieron del país tras el atentado que sufrió su sede en Bagdad en agosto pasado.