L D (EFE) A la reunión asistió también el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, y la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice.
Bremer tiene previsto reunirse el lunes en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y los líderes del Consejo de Gobierno iraquí.
La concesión a la ONU de algún tipo de papel supervisor en el proceso de transición es, precisamente, una de las soluciones que maneja el Gobierno de EEUU para hacer frente al creciente descontento chií en Irak sobre el modo en que se plantea la transferencia de soberanía. McClellan indicó que la reunión "forma parte de las continuas conversaciones" para garantizar que el plan de transición se desarrolla "de manera rápida y ordenada".
El acuerdo suscrito el pasado 15 de noviembre entre el gobierno estadounidense y el Consejo de Gobierno iraquí prevé que para el 30 de junio esté en marcha una Asamblea legislativa, que será la encargada de designar al gobierno de transición. Las crecientes protestas de la comunidad chií –que representan hasta el 70 por ciento de la población en Irak– se centran, precisamente, en el modo en el que se constituirá esa asamblea: según el acuerdo del 15 de noviembre, unos cabildos designarían antes del 31 de mayo a los miembros de ese Parlamento.
En cambio, los chiíes, encabezados por su mayor autoridad religiosa, el gran ayatolá Ali al Sistani, exigen que los nombramientos se efectúen mediante elecciones directas, algo para lo que Estados Unidos alega que ya no queda tiempo suficiente, una cuestión en la que incluso la ONU parece estar de acuerdo con EEUU. "Hay muchas cosas que serían necesarias para esas elecciones que en estos momentos aún no existen", explicó el portavoz presidencial.
Lo que sí podría aceptar EEUU es la adjudicación a la ONU –que se retiró de Irak el pasado agosto tras el atentado contra su sede en Bagdad– de un papel supervisor en el proceso de designación de los parlamentarios. "Creemos que las Naciones Unidas cuentan con un papel esencial a la hora de ayudar al pueblo iraquí a que avance hacia un futuro democrático y libre", explicó McClellan. La ONU, agregó, cuenta con un importante acervo de expertos y conocimientos que puede aportar "en lo que respecta a unas elecciones y a la redacción de una Constitución".
Sin embargo, el portavoz descartó cualquier posibilidad de convocar elecciones directas para la designación de los miembros de la Asamblea legislativa, al recordar que el acuerdo de noviembre prevé la celebración de comicios "para antes de finales de 2005". "Estamos avanzando", dijo McClellan, al asegurar que "participamos en un diálogo activo y continuo" con el Consejo de Gobierno "y otros líderes iraquíes en torno al camino a seguir dentro del marco existente del acuerdo del 15 de noviembre".
Según el gran ayatolá Ali al Sistani, el plan actual para la transición no permite que surja una autoridad cuya legitimidad sea reconocida por todos los iraquíes. Además, Sistani advierte de que si no se celebran pronto unos comicios limpios e imparciales la tensión política y la violencia podrían llegar a niveles insostenibles. El calendario previsto por Estados Unidos prevé dos convocatorias a las urnas entre el 30 de junio y finales de 2005, una para elegir Gobierno y otra para la designación de una Asamblea constituyente que se encargaría de redactar una nueva Carta Magna para el país.
Bremer tiene previsto reunirse el lunes en Nueva York con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, y los líderes del Consejo de Gobierno iraquí.
La concesión a la ONU de algún tipo de papel supervisor en el proceso de transición es, precisamente, una de las soluciones que maneja el Gobierno de EEUU para hacer frente al creciente descontento chií en Irak sobre el modo en que se plantea la transferencia de soberanía. McClellan indicó que la reunión "forma parte de las continuas conversaciones" para garantizar que el plan de transición se desarrolla "de manera rápida y ordenada".
El acuerdo suscrito el pasado 15 de noviembre entre el gobierno estadounidense y el Consejo de Gobierno iraquí prevé que para el 30 de junio esté en marcha una Asamblea legislativa, que será la encargada de designar al gobierno de transición. Las crecientes protestas de la comunidad chií –que representan hasta el 70 por ciento de la población en Irak– se centran, precisamente, en el modo en el que se constituirá esa asamblea: según el acuerdo del 15 de noviembre, unos cabildos designarían antes del 31 de mayo a los miembros de ese Parlamento.
En cambio, los chiíes, encabezados por su mayor autoridad religiosa, el gran ayatolá Ali al Sistani, exigen que los nombramientos se efectúen mediante elecciones directas, algo para lo que Estados Unidos alega que ya no queda tiempo suficiente, una cuestión en la que incluso la ONU parece estar de acuerdo con EEUU. "Hay muchas cosas que serían necesarias para esas elecciones que en estos momentos aún no existen", explicó el portavoz presidencial.
Lo que sí podría aceptar EEUU es la adjudicación a la ONU –que se retiró de Irak el pasado agosto tras el atentado contra su sede en Bagdad– de un papel supervisor en el proceso de designación de los parlamentarios. "Creemos que las Naciones Unidas cuentan con un papel esencial a la hora de ayudar al pueblo iraquí a que avance hacia un futuro democrático y libre", explicó McClellan. La ONU, agregó, cuenta con un importante acervo de expertos y conocimientos que puede aportar "en lo que respecta a unas elecciones y a la redacción de una Constitución".
Sin embargo, el portavoz descartó cualquier posibilidad de convocar elecciones directas para la designación de los miembros de la Asamblea legislativa, al recordar que el acuerdo de noviembre prevé la celebración de comicios "para antes de finales de 2005". "Estamos avanzando", dijo McClellan, al asegurar que "participamos en un diálogo activo y continuo" con el Consejo de Gobierno "y otros líderes iraquíes en torno al camino a seguir dentro del marco existente del acuerdo del 15 de noviembre".
Según el gran ayatolá Ali al Sistani, el plan actual para la transición no permite que surja una autoridad cuya legitimidad sea reconocida por todos los iraquíes. Además, Sistani advierte de que si no se celebran pronto unos comicios limpios e imparciales la tensión política y la violencia podrían llegar a niveles insostenibles. El calendario previsto por Estados Unidos prevé dos convocatorias a las urnas entre el 30 de junio y finales de 2005, una para elegir Gobierno y otra para la designación de una Asamblea constituyente que se encargaría de redactar una nueva Carta Magna para el país.