L D (EFE) El comandante del Airbus A320, que se negaba a redactar un informe sobre el incidente calificado de "importante" por la Dirección General de Aviación Civil, quería volver a despegar enseguida hacia Egipto, con otros turistas a bordo, según publica el diario Le Parisien. En el vuelo TAS 6043, fletado por la agencia francesa de viajes Marmara y que había salido de El Cairo el miércoles por la noche, viajaban 134 pasajeros y cinco tripulantes.
Los responsables de seguridad de Roissy tuvieron que intervenir para que el avión fuera inmovilizado. Sus dos "cajas negras" están siendo revisadas y se esperan los resultados este fin de semana. Fuentes del aeropuertos parisino han precisado que "habría habido un grave riesgo de accidente en vuelo si hubiera despegado". El personal de tierra dio la alarma al ver que salía humo de un reactor trasero del A320 de Lotus Air cuando aterrizaba.
El comandante del avión, alertado al igual que los bomberos, accionó de inmediato el extintor automático. Posteriormente indicó que no se habían activado las dos alarmas, sonoras y visuales, que deberían haberlo avisado del incidente. Tras inmovilizar el aparato, se comprobó que tenía un agujero de 40 centímetros en el fuselaje, también en la parte trasera del avión. En la pista de aterrizaje se hallaron dos piezas con cables eléctricos.
Los responsables de seguridad de Roissy tuvieron que intervenir para que el avión fuera inmovilizado. Sus dos "cajas negras" están siendo revisadas y se esperan los resultados este fin de semana. Fuentes del aeropuertos parisino han precisado que "habría habido un grave riesgo de accidente en vuelo si hubiera despegado". El personal de tierra dio la alarma al ver que salía humo de un reactor trasero del A320 de Lotus Air cuando aterrizaba.
El comandante del avión, alertado al igual que los bomberos, accionó de inmediato el extintor automático. Posteriormente indicó que no se habían activado las dos alarmas, sonoras y visuales, que deberían haberlo avisado del incidente. Tras inmovilizar el aparato, se comprobó que tenía un agujero de 40 centímetros en el fuselaje, también en la parte trasera del avión. En la pista de aterrizaje se hallaron dos piezas con cables eléctricos.