L D (EFE) En unas declaraciones durante su visita a Little Rock (Arkansas), Bush aseguró que Gul tenía hilo directo con Jalid Sheij Mohamed, detenido en Pakistán en marzo pasado y cautivo desde entonces en dependencias estadounidenses no especificadas.
La Casa Blanca cree que Gul entró en Irak después del inicio de la guerra contra el régimen de Sadam Husein, hace diez meses, y que estaba organizando las acciones terroristas de Al-Qaeda contra las fuerzas de la Coalición.
Bush aseguró que "fue capturado en Irak donde estaba ayudando a Al-Qaeda a poner presión sobre nuestras tropas" y se felicitó de que "haya un enemigo menos del que tener que preocuparse". El presidente también señaló que Gul "hacía circular dinero y mensajes por todo el sudeste de Asia y Oriente Medio" y le consideró parte de "esta red de gente que odia que estamos desmantelando".
La administración estadounidense sostiene que existían contactos entre el régimen iraquí de Sadam Husein y la organización liderada por Osama ben Laden, a la que se atribuye los atentados que mataron a más de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania. No obstante, el propio Bush reconoció tras la guerra de Irak que no hay evidencias que vinculen a Sadam directamente con el 11-S.
La Casa Blanca cree que Gul entró en Irak después del inicio de la guerra contra el régimen de Sadam Husein, hace diez meses, y que estaba organizando las acciones terroristas de Al-Qaeda contra las fuerzas de la Coalición.
Bush aseguró que "fue capturado en Irak donde estaba ayudando a Al-Qaeda a poner presión sobre nuestras tropas" y se felicitó de que "haya un enemigo menos del que tener que preocuparse". El presidente también señaló que Gul "hacía circular dinero y mensajes por todo el sudeste de Asia y Oriente Medio" y le consideró parte de "esta red de gente que odia que estamos desmantelando".
La administración estadounidense sostiene que existían contactos entre el régimen iraquí de Sadam Husein y la organización liderada por Osama ben Laden, a la que se atribuye los atentados que mataron a más de 3.000 personas en Nueva York, Washington y Pensilvania. No obstante, el propio Bush reconoció tras la guerra de Irak que no hay evidencias que vinculen a Sadam directamente con el 11-S.