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Una investigación aclarará si hubo errores de inteligencia en EEUU antes de la guerra de Irak

El presidente de EEUU, George W. Bush, ha confirmado que ordenará la apertura de una investigación independiente sobre los posibles fallos en los datos proporcionados por los servicios secretos sobre el armamento de Irak antes de la guerra. En unas breves declaraciones tras una reunión de su Gabinete, el presidente matizó sin embargo que, antes de ordenar la investigación, quiere reunirse con el ex jefe de los inspectores de armamento de EEUU en Irak, David Kay.

L D (Agencias) David Kay, cuya dimisión se anunció hace diez días, ha dicho estar seguro de que no existían armas prohibidas en Irak antes de la guerra y culpó a los servicios secretos de aportar datos poco fiables.

La supuesta presencia de esas armas no convencionales fue un argumento compartido por toda la comunidad internacional antes de la guerra, que se inició en marzo del año pasado.
 
Bush indicó que la comisión que investigue el manejo de los datos secretos será independiente y estará formada tanto por republicanos como por demócratas. "Quiero todos los datos. Sabemos que Sadam Husein tenía la intención y la capacidad de causar graves daños", ha dicho el presidente.
 
En sus declaraciones, Bush insistió en que la comisión tendrá como objeto no sólo analizar qué fue lo que condujo a decidir que Irak tenía armas no convencionales, sino "un contexto más amplio" para determinar cuál es la situación en otros países de los que Washington sospecha que desarrollan programas de armas prohibidas, como Corea del Norte e Irán. "Queremos examinar en un contexto más amplio nuestra guerra contra la proliferación y las armas de destrucción masiva. Así que estoy organizando una comisión independiente que analice dónde estamos y qué podemos mejorar en nuestra guerra contra el terrorismo", aseguró Bush.
 
No obstante, se espera que la comisión dé a conocer los resultados de la investigación después de los comicios de noviembre, con lo que el presidente evitará que puedan volverse contra él en la campaña electoral. El plazo para hacer públicos los resultados ha sido una de las principales críticas formuladas por la oposición demócrata al anuncio presidencial. La Casa Blanca alega la necesidad de que la comisión no se convierta en objeto de lucha electoralista, y de que trabaje no sólo para mirar a los posibles errores cometidos en el pasado, sino también para mejorar la eficacia del espionaje en el futuro.
 
Por su parte, el Gobierno británico ha admitido por primera vez que hay interrogantes legítimos sobre las armas de Irak. Un portavoz del primer ministro, Tony Blair, ha declarado en una rueda de prensa que "próximamente" el Ejecutivo anunciará cómo piensa abordar ese debate. Esta afirmación se interpretó como que Blair también autorizará, como lo ha hecho Bush, una investigación independiente sobre la información de sus servicios secretos previa a la guerra. Por su parte, el jefe de la oposición, Michael Howard, ha reclamado a Blair que autorice esta investigación para no quedar "aislado".

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