L D (EFE) La denuncia de Marruecos es el primer incidente grave entre los dos países vecinos tras la cumbre celebrada en Marrakech el pasado 8 y 9 de diciembre, que contó con la participación de los jefes de Gobierno de ambos países, José María Aznar y Dris Yetú. Se cerraba así un período de desencuentros desde que Marruecos decidiera unilateralmente retirar a su embajador en España. Poco después, la tensión entre ambos países se agravó con el conflicto de Perejil en julio de 2002.
Ahora el Gobierno de Rabat ha acusado a España por segunda vez en 16 meses de violar su espacio aéreo. Un incidente ante el que Rabat ha expresado su "descontento" a las autoridades españolas a través del embajador en Rabat, Fernando Arias Salgado. El Gobierno de Dris Yetú ha denunciado que aviones de caza sobrevolaron esta semana "a baja altura" la provincia alauí de Nador.
Segunda denuncia desde septiembre de 2002
La primera denuncia de violación del espacio aéreo se produjo en septiembre de 2002, cuando el ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Mohamed Benaisa, canceló un encuentro con su homóloga Ana Palacio con el argumento de que un helicóptero español había aterrizado en el islote Perejil y que otro avión había violado su espacio aéreo. El Ejecutivo español afirmó que se trató de un "malentendido" y que se trataba de un avión perteneciente a un medio de comunicación.
La crisis de Perejil agravó unas relaciones ya tensas
Las relaciones entre España y Marruecos estuvieron caracterizadas por desencuentros y tensiones desde 1999 hasta el 11 de julio de 2002, cuando gendarmes marroquíes ocuparon el islote Perejil. Después de cinco días de tensión, el Ejecutivo de José María Aznar dio por terminada la vía diplomática y decidió intervenir militarmente para volver al "status" anterior del islote. Así, la mañana del día 17 un comando de Operaciones Especiales de Tierra se trasladó al islote y desalojó a sus ocupantes, que fueron entregados a las autoridades marroquíes. El 20 de julio ambos países acordaron volver al "status quo" previo a la ocupación marroquí.
Los embajadores de ambos países volvieron a sus sedes diplomáticas el pasado 3 de febrero, después de que Palacio adoptara tal decisión un día antes durante una visita a Marruecos.