L D (EFE) En una sentencia notificada este viernes, la sección cuarta de la sala de lo penal de este tribunal considera a Egües y García Aliaga autores de un delito de homicidio terrorista, otro de estragos y cuatro más de lesiones, ya que la explosión del coche, aparcado frente a unas dependencias del ministerio de Justicia en la calle madrileña de Ocaña, causó heridas a varias personas.
El tribunal declara probado que los dos procesados recibieron de la dirección de ETA la orden de atentar en ese lugar "con el ánimo de causar el mayor número de muertes de personas, así como de producir daños materiales", y que para ello robaron en el barrio madrileño de Moratalaz un vehículo al que cambiaron las placas de matrícula por otras falsificadas.
También recabaron toda la información sobre el lugar elegido para perpetrar la acción criminal y, después de preparar el artefacto en la vivienda que ocupaban en el centro de Madrid, el 10 de junio de 2001 aparcaron el coche- bomba frente a la delegación del Ministerio de Justicia y programaron la bomba para que explotara sobre las 20.30 horas.
A continuación, llamaron a la Policía para advertirles de la existencia en ese lugar de un artefacto explosivo. "A tenor de este mensaje se accionaron los mecanismos de seguridad del Estado, consistentes en que los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía verificaran la verdad de esta llamada y, dentro de esta misión, al acercarse Luis Ortiz de la Rosa al coche- bomba, éste explosionó causando a dicho policía la muerte instantánea", señala la sentencia.
La explosión causó heridas de diversa consideración a una veintena de personas, entre ellas una niña de dos años. Aunque durante el juicio los acusados se negaron a declarar, el tribunal ha tenido en cuenta sus declaraciones ante la Policía, que califica de "totalmente claras y verosímiles" y "emitidas con total libertad".
Egües y García Aliaga fueron detenidos el 6 de noviembre de 2001, minutos después del atentado frustrado con coche-bomba contra el subsecretario de Política Científica, Juan Junquera, gracias a un ciudadano que sospechó de ellos y les siguió en su vehículo desde el lugar en el que había explotado el automóvil, en Chamartín, hasta Ciudad Lineal, donde varios policías les arrestaron.
El tribunal declara probado que los dos procesados recibieron de la dirección de ETA la orden de atentar en ese lugar "con el ánimo de causar el mayor número de muertes de personas, así como de producir daños materiales", y que para ello robaron en el barrio madrileño de Moratalaz un vehículo al que cambiaron las placas de matrícula por otras falsificadas.
También recabaron toda la información sobre el lugar elegido para perpetrar la acción criminal y, después de preparar el artefacto en la vivienda que ocupaban en el centro de Madrid, el 10 de junio de 2001 aparcaron el coche- bomba frente a la delegación del Ministerio de Justicia y programaron la bomba para que explotara sobre las 20.30 horas.
A continuación, llamaron a la Policía para advertirles de la existencia en ese lugar de un artefacto explosivo. "A tenor de este mensaje se accionaron los mecanismos de seguridad del Estado, consistentes en que los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía verificaran la verdad de esta llamada y, dentro de esta misión, al acercarse Luis Ortiz de la Rosa al coche- bomba, éste explosionó causando a dicho policía la muerte instantánea", señala la sentencia.
La explosión causó heridas de diversa consideración a una veintena de personas, entre ellas una niña de dos años. Aunque durante el juicio los acusados se negaron a declarar, el tribunal ha tenido en cuenta sus declaraciones ante la Policía, que califica de "totalmente claras y verosímiles" y "emitidas con total libertad".
Egües y García Aliaga fueron detenidos el 6 de noviembre de 2001, minutos después del atentado frustrado con coche-bomba contra el subsecretario de Política Científica, Juan Junquera, gracias a un ciudadano que sospechó de ellos y les siguió en su vehículo desde el lugar en el que había explotado el automóvil, en Chamartín, hasta Ciudad Lineal, donde varios policías les arrestaron.