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El Tau se lleva el duelo fratricida de la Euroliga ante el Pamesa (73-67)

Dos canastas de Arvydas Macijauskas, unidas a otra de dudosa legalidad de Luis Scola a veinte segundos para el final, han permitido al Tau Cerámica imponerse al Pamesa Valencia en un partido bronco y dejar en el aire la identidad del equipo que aspirará a la segunda plaza del grupo C de la Euroliga. Este jueves, el Barcelona recibe al Partizán de Belgrado y el Unicaja al Panathinaikos.

Dos canastas de Arvydas Macijauskas, unidas a otra de dudosa legalidad de Luis Scola a veinte segundos para el final, han permitido al Tau Cerámica imponerse al Pamesa Valencia en un partido bronco y dejar en el aire la identidad del equipo que aspirará a la segunda plaza del grupo C de la Euroliga. Este jueves, el Barcelona recibe al Partizán de Belgrado y el Unicaja al Panathinaikos.

L D (EFE) Pese a que ambos bloques ya certificaron hace una semana su clasificación para el top-16, vitorianos y valencianos libraron un duelo bronco, de perfil árido y saldado a favor de los locales con una polémica canasta del ala-pívot bonaerense, al borde del final de la posesión, que arruinó buena parte de las esperanzas del Pamesa de aspirar al primer puesto del grupo.

El conjunto vitoriano, privado del concurso de Macijauskas y Kornel David en el quinteto inicial por decisión técnica, consintió demasiadas canastas cómodas a su rival en los primeros compases frente a un rival donde destacó, desde un primer momento, la inconmensurable figura de Fabricio Oberto. Tras un tramo inicial parejo, donde las pérdidas de balón fueron la tónica predominante de un duelo de escasa calidad, el Tau acometió la defunción de su rival mediado el segundo cuarto (36-28, m. 17), gracias al enésimo arranque de furia de un pletórico Andrés Nocioni.

El regreso del alero de Santa Fe, de nuevo en plan estelar una vez superada su lesión, se ha convertido en la mejor noticia para el cuadro vitoriano, cuyo rendimiento ha decrecido de forma notable en el último mes de competición. Volvió a quedar bien patente con su frío arranque de la segunda mitad cuando el conjunto de Paco Olmos, gracias a las célebres combinaciones de sus hombres altos y los lanzamientos exteriores de Rigaudeau y Montecchia, volteó el marcador (41-44, m. 23) tras un parcial de 3-10.

La nueva velada aciaga de hombres como Kornel David, Andrew Betts o Arvydas Macijauskas -el lituano tomó precipitadas decisiones individuales de escaso beneficio para el bloque local- favoreció la estabilidad de un Pamesa que desplegó un baloncesto más controlado y, sobre todo, más sincronizado. El conjunto valenciano llegó con opciones reales al final (62-64, m. 37), pero el Tau Cerámica salió airoso de un final casi taquicárdico. En primer lugar, con dos buenas canastas de Macijauskas y, posteriormente, con una estratosférica canasta de Scola (71-67), al límite del final de la posesión, que certificó finalmente el triunfo de los locales.

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