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Los clérigos chiíes agitan a los iraquíes contra una Constitución no basada en el Islam

La mayoría de los religiosos chiíes de Irak han mostrado su desacuerdo con la decisión del Administrador Provisional, el estadounidense Paul Bremer, de no aceptar la ley islámica como fuente legal en la nueva Constitución. En las mezquitas retumba el clamor de los clérigos chiíes contra lo que consideran un ataque a sus derechos y a sus creencias. Desde los púlpitos reiteran que "sólo los iraquíes tiene derecho a decidir qué tipo de Constitución debe regir el país".

L D (EFE) "Nosotros los iraquíes tenemos la prioridad de definir el tipo de Constitución", dijo durante el rezo comunitario el jeque Mohamed al-Hijry, el imán de la mezquita Al-Jilali, de Bagdad.

La disputa por la inclusión del Islam y la Sharia (ley islámica) como fuente legal en la nueva Carta Magna iraquí la desataron esta semana miembros del Consejo Provisional de Gobierno, que expresaron su intención de que así se reflejara.

Bremer contestó de inmediato que no estaba dispuesto a rubricar una Constitución que no estableciera que Irak es un Estado laico con libertad religiosa y étnica, aunque respetaría el hecho de que la religión islámica es la mayoritaria del país. El Administrador estadounidense de Irak añadió que Irak es un país unificado en el que se respetan las libertades públicas y a todas las comunidades étnicas y religiosas y que "la libertad de culto será el principio fundamental" de la futura Carta Magna.
 
Como respuesta, uno de los líderes radicales chiíes, el ayatolá Murtada Sadr, advirtió que está dispuesto a agitar una revolución contra las tropas de EEUU si la nueva Constitución no establece el Islam como la única fuente de la legislación. En un comunicado publicado por el diario árabe internacional "Asharq al-Awsat", Sadr, cuya influencia política es escasa pero su poder de movilizar milicias es alto, calificó la decisión de Bremer de "flagrante y odiosa injerencia en los asuntos del país" y añadió que "nadie más que el pueblo iraquí tiene derecho a intervenir en el tema de la Constitución".
 
Las aspiraciones de los chiíes también se vieron cortadas esta semana tras el informe negativo revelado por el secretario general de la ONU, Kof Annan, sobre la posibilidad de celebrar elecciones antes de que el próximo 30 de junio Estados Unidos devuelva la soberanía a los iraquíes. El ayatolá Ali Sistani, líder espiritual de la comunidad chií, que es la mayoritaria en el país, exigió la consulta electoral, pero dijo que acataría el dictado de la ONU. El pasado febrero, congregó en Bagdad a millones de chiíes en demanda del informe, hecho público el jueves.
 
El clima de crispación política en Irak también ha coincidido este viernes con un nuevo ataque de los terroristas, que hicieron explotar un artefacto de fabricación casera al paso de un convoy militar norteamericano cerca de la conflictiva localidad de Faluya, a 50 kilómetros de Bagdad. El mando estadounidense anunció además que un soldado murió en un "accidente de tráfico" cerca de Balad, cuando abandonaba el país junto a sus compañeros de la "Fuerza Combinada Caballo de Hierro", una unidad de 30.000 hombres que comenzó a regresar a casa esta semana después de un año de servicio en Irak.
 
Por su parte, la Policía iraquí declaró el estado de máxima alerta, especialmente en las provincias de mayoría chií del sur del país, ante la posibilidad de ataques durante la celebración, este sábado, del año nuevo musulmán.

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