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Grupos violentos controlan Puerto Príncipe mientras desaparece la Policía

Al menos diez personas han muerto en las últimas horas en la capital haitiana, uno de los últimos reductos del presidente Jean-Bertrand Aristide, que está prácticamente sitiada ante el imparable avance de las fuerzas rebeldes. En las calles de Puerto Príncipe no hay rastro de policías, mientras bandas violentas cometen asesinatos sin que nadie se lo impida.

Al menos diez personas han muerto en las últimas horas en la capital haitiana, uno de los últimos reductos del presidente Jean-Bertrand Aristide, que está prácticamente sitiada ante el imparable avance de las fuerzas rebeldes. En las calles de Puerto Príncipe no hay rastro de policías, mientras bandas violentas cometen asesinatos sin que nadie se lo impida.
L D (EFE) Al menos diez personas han muerto en la capital haitiana al intensificarse la violencia en las calles, que está en manos de grupos incontrolados.
 
Emisoras locales informaron a primera hora de la tarde de la muerte de al menos seis personas en la zona de Dalmas 2, sin que explicaran las circunstancias de los fallecimientos. En las cercanías del barrio de Petionville al menos cuatro personas fueron encontradas asesinadas, con las manos atadas y signos de haber recibido "tiros de gracia", según pudo comprobar Efe.
 
Centenares de personas se han lanzado a las calles de varios barrios de la capital y han saqueado comercios, especialmente supermercados, tiendas de alimentación y edificios de servicios públicos.
 
Saqueos y acumulación de alimentos
 
Cerca del puerto de la capital, en la zona denominada Terminal Haití, masas incontroladas han saqueado contenedores y almacenes con productos llegados del extranjero. También se están produciendo ataques contra gasolineras, alguna de las cuales ha sido incendiada, lo que ha interrumpido el servicio público en muchas partes de la ciudad.
 
Residentes de la ciudad han recomendado a los periodistas extranjeros que acumulen alimentos y bebidas para los próximos días, ante el cierre masivo de comercios y las dificultades de los camiones de avituallamiento de circular por Puerto Príncipe. Residentes de la colonia española en Puerto Príncipe han manifestado a Efe que desde hace tres días no salen de sus casas y que temen que se desencadene una matanza brutal en las próximas horas.
 
Problemas en el orfanato de Dixie Bickel
 
En este ambiente, Dixie Bickel, una estadounidense encargada de un orfanato con cerca de 70 niños, algunos de ellos en proceso de adopción por familias españolas, está intentando conseguir un último documento que permitirá abandonar el país a otros dos niños pendientes de ser adoptados por familias españolas. Según Bickel, "los ministerios han permanecido cerrados los dos últimos días y nos hemos quedado sin obtener el último papel para que puedan viajar a España".
 
Bickel cree que se podría arreglar la salida de esos niños si las autoridades españolas aceptan tutela de los menores "hasta que consigamos obtener el último documento necesario". Aunque Bickel afirmó que su orfanato, "Los ángeles más pequeños de Dios", no ha sido amenazado de momento, los trabajadores locales no han podido llegar por las barricadas colocadas en toda la ciudad, que se han reforzado en las últimas horas ante la amenaza de un ataque final de los rebeldes.
 
Los rebeldes, a un paso de Puerto Príncipe
 
Todo esto se produce sin que los rebeldes del ex militar Guy Philippe hayan llegado a la ciudad. Las últimas informaciones llegadas a Puerto Príncipe indican que los hombres de Philippe se encuentran en Mirabalais, una ciudad de 140.000 habitantes a tan sólo 57 kilómetros al norte de la capital. Este avance podría permitirles cumlir el deseo del líder rebelde, que quiere celebrar su cumpleaños el domingo en el Palacio Presidencial que ahora ocupa Aristide.
 
Pero la irrupción de los rebeldes en Puerto Príncipe provocará, sin duda, el temido baño de sangre del que ha advertido Aristide en los últimos días. Los partidarios del presidente circulan armados por las calles de la capital haitiana y grupos de exaltados rodean el Palacio Presidencial exigiendo una y otra vez que Aristide cumpla su mandato constitucional de cinco años, que termina el 7 de febrero de 2006. Pero cada vez es más evidente que, a tenor de como está la situación en el país, Aristide no seguirá en el poder más allá de unos pocos días más.
 
Los países occidentales han empezado a reconocer que la situación está descontrolada en Haití y han retirado su apoyo al antiguo religioso salesiano, que hace catorce años, cuando ganó su primer mandato presidencial, fue una esperanza para el desarrollo pacífico del país.

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