L D (EFE) Las relaciones entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional se tensaron en las últimas horas después de que Buenos Aires rechazara cuatro exigencias de la presidenta interina del Fondo, Anne Krueger, para renegociar la deuda argentina con los acreedores privados, que asciende a unos 88.000 millones de dólares.
El Gobierno ha reiterado que no cancelará con reservas del país el vencimiento del martes si no tiene la seguridad de recuperar luego ese dinero con la aprobación de las metas acordadas en septiembre pasado con el organismo multilateral de crédito. El FMI exige también al Gobierno de Néstor Kirchner que reconozca como interlocutor válido al Comité Global de Acreedores y que la oferta de Argentina de pagar 25 centavos por cada dólar adeudado sea aceptada por el 80 por ciento de los tenedores de bonos argentinos en suspensión de pagos.
El Gobierno ha reiterado que no cancelará con reservas del país el vencimiento del martes si no tiene la seguridad de recuperar luego ese dinero con la aprobación de las metas acordadas en septiembre pasado con el organismo multilateral de crédito. El FMI exige también al Gobierno de Néstor Kirchner que reconozca como interlocutor válido al Comité Global de Acreedores y que la oferta de Argentina de pagar 25 centavos por cada dólar adeudado sea aceptada por el 80 por ciento de los tenedores de bonos argentinos en suspensión de pagos.
Kirchner considera estas peticiones "inaceptables" y dice tener un plan alternativo si el próximo martes Argentina suspende pagos con el FMI. El "Plan B" ha sido perfilado por el ministro de Economía, Roberto Lavagna; el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y la asesoría del presidente del Banco Central, Alfonso Prat Gay. Entre los puntos de este "Plan B" se incluyen destinar más recursos a la inversión pública, agilizar la cancelación de deuda mediante nuevos bonos, fortalecer las reservas del Banco Central y consolidar el superávit fiscal, sin dañar el crecimiento económico del país.