L D (EFE) Según informaron fuentes jurídicas, el juez imputa a los marroquíes Jamal Zougam, a su hermano Mohamed Chaoui y a Mohamed Bakali los delitos de pertenencia a banda terrorista, 190 asesinatos consumados, 1.400 tentativas de asesinato, cuatro delitos de estragos terroristas y sustracción de vehículo.
A los indios Suresh Kumar y Vinay Kohly les acusa de colaboración con organización terrorista y falsificación en documento mercantil en concurso con defraudación. Los cinco, que ingresarán en la prisión madrileña de Soto del Real, negaron su participación en los hechos que se les imputan y Zougam reconoció que conocía al líder de la célula de Al-Qaeda desarticulada en España, Imat Eddin Barakat "Abu Dahdah".
Durante los interrogatorios, que se iniciaron a las nueve de la noche y se prolongaron durante la madrugada, los detenidos han asegurado que cuando se produjeron los atentados estaban durmiendo en sus respectivos domicilios y negaron cualquier vinculación con Al-Qaeda u otra organización terrorista. Zougam ha sido el último en comparecer ante el magistrado, a cuyas preguntas ha respondido sin levantar la vista del suelo, ha terminado llorando ante el juez, el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, y su abogado de oficio, y ha seguido rezando cuando de nuevo ha sido conducido a los calabozos.
Al ser interrogado por su supuesta vinculación con "Abu Dahdah", Zougam explicó que le conocía del barrio (el madrileño de Lavapiés), pero dijo que perdió el contacto con él cuando el supuesto líder de Al-Qaeda en España ingresó en la cárcel en 2001. Su hermano, Mohamed Chaoui, también insistió en su inocencia y relató que la mañana de los atentados se despertó a las 9.45 horas y que en la cama de al lado se encontraba durmiendo su hermano, a pesar de que reconoció que no mantienen mucha relación porque ambos son muy diferentes y porque Jamal es "muy religioso".
Por su parte, el otro marroquí, Mohamed Bakali, reiteró su inocencia a gritos, según las mismas fuentes, y explicó que en la mañana del día 11 un compañero de piso le despertó a las 10.55 horas y le comunicó que se había producido un atentado en Atocha. Diez minutos más tarde, continuó Bakali en su declaración, ya se encontraba trabajando en su negocio.
Las fuentes precisaron que la incomunicación de los detenidos decretada por el juez tiene un límite de cinco días, un plazo que el magistrado puede prorrogar si lo estima oportuno. Durante este tiempo, el juez, agregaron las fuentes, perfilará de forma más detallada la posible participación de los cinco acusados en los hechos. A los tres marroquíes el juez les ha imputado por el momento 190 asesinatos consumados, el mismo número de víctimas mortales ya identificadas y cuyos cuerpos se han entregado a sus familiares, pero esa cifra puede aumentar conforme se vayan identificando más cadáveres. Los cinco detenidos fueron arrestados el sábado en relación con la compraventa del teléfono móvil y la tarjeta hallados en una mochila con explosivos que no llegó a estallar localizada en el tren del Pozo del Tío Raimundo.
A estas cinco detenciones se suman las practicadas el jueves de otras cinco personas (una de nacionalidad española y las otras cuatro de origen árabe) practicadas en Asturias, las localidades madrileñas de Alcalá de Henares y Meco y la capital. Además de estas detenciones, la Policía está llevando a cabo en los últimos días diversos registros en domicilios y locales comerciales relacionados con los sospechosos, incluido el del locutorio que Jamal Zougam regentaba en el barrio madrileño de Lavapiés.