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Azkoyen dice que "no consta en las actas" la realización de los supuestos pagos a ETA

La empresa Azkoyen se ha desvinculado de los supuestos pagos a ETA, por los que está siendo investigada en la Audiencia Nacional, y concretó que, de haberse llevado a cabo, serían inferiores a 240.400 euros y los habrían hecho determinadas personas "bajo su responsabilidad" y "por su cuenta". La cotización de Azkoyen está suspendida tras la decisión de la CNMV a la espera de más información.

La empresa Azkoyen se ha desvinculado de los supuestos pagos a ETA, por los que está siendo investigada en la Audiencia Nacional, y concretó que, de haberse llevado a cabo, serían inferiores a 240.400 euros y los habrían hecho determinadas personas "bajo su responsabilidad" y "por su cuenta". La cotización de Azkoyen está suspendida tras la decisión de la CNMV a la espera de más información.

L D (EFE) A través de un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la compañía navarra responde así a las diligencias policiales iniciadas para aclarar si Azkoyen realizó pagos a ETA a finales de los años noventa. Los acontecimientos sucedidos en las últimas horas en torno a estos hechos han llevado a los consejeros Juan Odériz, en representación del Grupo Corporativo Empresarial Caja Navarra, y Javier Garde, consejero independiente, a presentar su dimisión con carácter "irrevocable", tal y como consta en el escrito dirigido a la CNMV.

La dimisión, según los citados consejeros, se ha producido como consecuencia de no haberse celebrado el consejo de administración de Azkoyen, tal y como habían instado, y "a la vista de la contestación dada" por el presidente de la sociedad al requerimiento de información por parte de la CNMV. Asimismo, mostraron su discrepancia con "la posición del presidente en relación con la situación derivada de las diligencias policiales abiertas a ex consejeros de la compañía y al ex director general de la misma en conexión con la presunta realización de determinados pagos con cargo a fondos de la sociedad".

El juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, dirige desde hace varios meses una investigación a empresarios vascos por el presunto pago a ETA del mal llamado "impuesto revolucionario" (extorsión etarra es el término correcto), en el marco de una causa que se mantiene secreta y que podría contener las investigaciones a directivos de Azkoyen. La compañía con sede en la localidad navarra de Peralta asegura que "no consta en las actas la realización de los desembolsos por los que se han abierto diligencias policiales". "De ser ciertos tales desembolsos, habrían sido realizados por personas que, con independencia de su vinculación con la sociedad, habrían actuado por su cuenta y bajo su responsabilidad", según Azkoyen, que niega también que haya constancia de los pagos en la documentación contable y de auditoría.

Respecto al importe de los pagos, la compañía asegura que, "por la información disponible a partir de las investigaciones policiales" no superaría los 40 millones de pesetas (240.404 euros). En el caso de que esa cantidad hubiera sido efectivamente sustraída de su patrimonio, Azkoyen asegura que "no puede afectar de ningún modo a la solvencia" de la compañía. Con el objetivo de investigar lo realmente ocurrido, la compañía ha convocado un Consejo Extraordinario de Administración par el próximo día 23 de marzo.

En el orden del día constará el informe de los responsables de auditoría interna y contabilidad en relación con los desembolsos investigados y la evaluación por la dirección financiera de las "eventuales consecuencias patrimoniales". También se analizarán las posibles responsabilidades en que hubiesen podido incurrir directivos y administradores de la sociedad, para lo que la asesoría jurídica elaborará previamente un informe. El fabricante de máquinas expendedoras registró el pasado año una pérdida neta atribuida de 6,27 millones de euros, frente a las ganancias de 487.000 euros que obtuvo en 2002.

El resultado bruto de explotación o EBITDA (antes de impuestos, intereses y amortizaciones) también entró en pérdidas de 4,63 millones de euros, que contrastan con las ganancias de 4,4 millones de 2002. Igualmente, el importe neto de la cifra de negocio descendió el 14,5 por ciento, hasta 108,7 millones de euros, lo que provocó un aumento de sus pérdidas por actividades ordinarias del 263,5 por ciento, hasta 14,4 millones de euros.

Las únicas actividades en las Azkoyen logró aumentar el importe neto de la cifra de negocio fueron las de máquinas de hostelería, productos consumibles, y café, con alzas del 16,7, el 22,1 y el 23,9 por ciento, respectivamente. En cambio, el negocio de las máquinas de tabaco descendió el 38,7 por ciento; de los sistemas de pago, el 22,8 por ciento, y de las máquinas "vending" (expendedoras), el 12,8 por ciento. Azkoyen, que recortó su plantilla en el ejercicio en un 5,7 por ciento, hasta 874 personas, explica que 2003 ha sido un año de "rediseño estratégico".

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