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El Real Madrid vence de nuevo al Estudiantes y se clasifica para la final de la Copa ULEB (82-73)

De nuevo de la mano de Elmer Bennett -autor de 21 puntos-, el Real Madrid ha vuelto a superar al Adecco Estudiantes, en partido de vuelta de semifinales de la Copa de ULEB, para acceder a la final del próximo día 13 en Charleroi (Bélgica). Al equipo madridista, que contaba con una ventaja de ocho puntos en el partido de ida, le espera el Hapoel Jerusalén, que se ha impuesto al Reflex Zeleznik (79-76).

L D (EFE) La Euroliga aguarda al Real Madrid en Charleroi una vez desbancado de su camino el Estudiantes, que aguantó como pudo mientras le duraron las fuerzas y la fe en consumar el milagro.

Los colegiales parecían abocados a caer sin condiciones, pero antes dieron batalla con todo lo que había a su alcance. Obligados a compensar el maltrecho estado físico de Felipe Reyes, Andre Patterson y Rafa Vidaurreta, todos ellos con lesiones de mayor o menor consideración, no les quedó más remedio que recurrir al coraje y a soluciones de urgencia para plantar cara. Aguantaron treinta minutos. El quinteto inicial buscó la sorpresa a través de la velocidad. Cuatro hombres exteriores y el menor de los Reyes, con las rodillas maltrechas, atrincherados en una zona para protegerse de los hombres altos madridistas.

Aunque el Madrid se equivocó al emparejar a Pat Burke con Carlos Jiménez en vez de encomendar esa misión a Antonis Fotsis, las carencias pasaron factura al Estudiantes, que a los cinco minutos cargaba con catorce puntos de diferencia en la eliminatoria (10-4 y los ocho de la ida). Reyes y Hernán Jasen produjeron todos los puntos visitantes durante los ocho primeros minutos. Mientras tanto, los blancos aprovechaban los triples y la ventaja interior para doblar a su rival en el marcador (18-9). El Estu necesitaba un revulsivo y lo encontró en el hombre que nunca falla, en Nacho Azofra. Con el capitán en la pista, la formación colegial consiguió un parcial de 0-8 que dio la vuelta al marcador (25-26 m.15) en medio de un choque sin tregua. El barullo perjudicaba más al Madrid que al Estudiantes, experto en manejar situaciones de confusión, pero con tres de trece en triples antes del descanso más los errores en el tiro libre, aparte de las penurias médicas, resultaba muy difícil.

Los chicos del Saporta contaban con todo eso. El trece de trece en tiros libres que firmaron en los dos primeros cuartos, sumado a la amplia diferencia reboteadora existente (22 rechaces por 14), les condujeron al intermedio con siete puntos de margen y la clasificación en la mano (38-31). El Estudiantes, por tanto, regresó del vestuario con dos cuartos por delante para levantar quince puntos, en campo contrario, frente al máximo rival y muy mermado de efectivos, especialmente dentro de la pintura. La única esperanza que le quedaba anidaba en el perímetro y, por necesidad, en la rapidez. Azofra imprimió el ritmo y los colegiales amagaron de nuevo (38-37). Sin embargo, les faltaba un ingrediente fundamental: el rebote. Los balones debajo de la cesta constituyen el alimento indispensable que el equipo de Serrano necesita para construir su baloncesto y, entre las inclemencias físicas y el trabajo de los pivots blancos, suponían un territorio perdido.

Aún así, los cambios defensivos dieron vida al conjunto colegial (42-42 m.26), pero a poco más de tres minutos para el final del tercer cuarto sufrieron otro revés letal. Patterson acabó descalificado después de un roce con Antonio Bueno y el cinco azul quedó en precario. Nada más marcharse el norteamericano, Elmer Bennett transformó tres tiros libres que marcaron el inicio del declive estudiantil. Fuera Patterson, exprimido Reyes, con una mano maltrecha Vidaurreta, en cancha ajena, bajo un ambiente oprimente. Era misión imposible. La resistencia colegial obedecía al orgullo, no a la realidad. El Madrid acabó con la discusión de inmediato. Dos triples y una canasta de Roberto Núñez en la salida del último corte señalaron la senda de la final y apuntaron la sentencia de una eliminatoria impresionante.
 
El Hapoel Jerusalén espera al Real Madrid
 
Al Real Madrid le aguarda ahora el Hapoel Jerusalén, que se ha ganado una plaza en la final de la Copa ULEB, tras derrotar por 79-76 al Zeleznik serbio en un partido de vuelta de las semifinales al que acudía con una desventaja de sólo un punto. En otra exhibición de juego de Will Solomon, autor de 34 puntos, siete rebotes, cuatro robos de balón y siete asistencias, el Hapoel se convirtió en el segundo equipo israelí que alcanza la final de una competición europea. Al Hapoel le costó lograr su objetivo, ya que a dos minutos para el final el Zeleznik había conseguido igualar el marcador. Pero Solomon asumió la responsabilidad final y suyos fueron los últimos tres puntos que dieron el triunfo final al conjunto de Jerusalén.

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