L D (EFE) José Gallo, quien se trasladó en avión desde Madrid, actuó como mediador para intentar convencer a su hijo de que pusiera en libertad a los dos rehenes que aún quedaban en el interior de la sucursal, el director y un cliente, tras haber sido liberadas seis personas horas antes.
La sentencia, hecha pública en mayo de 1993 por la Audiencia de Alicante, también condenó a José Gallo a pagar una indemnización de 6.000 euros a la víctima, por los delitos de detención ilegal y utilización ilegítima de vehículo de motor ajeno. En el juicio por estos hechos, el acusado negó ser el autor del secuestro, aunque la joven, Noelia Ten Marín, hija del propietario de la empresa Jimten de Alicante, manifestó a la salida del juzgado que había reconocido a su secuestrador.
La sentencia, hecha pública en mayo de 1993 por la Audiencia de Alicante, también condenó a José Gallo a pagar una indemnización de 6.000 euros a la víctima, por los delitos de detención ilegal y utilización ilegítima de vehículo de motor ajeno. En el juicio por estos hechos, el acusado negó ser el autor del secuestro, aunque la joven, Noelia Ten Marín, hija del propietario de la empresa Jimten de Alicante, manifestó a la salida del juzgado que había reconocido a su secuestrador.
Los hechos juzgados se produjeron el 31 de agosto de 1992, cuando intentaba abrir la verja exterior de su casa para acceder con su coche, momento en el que fue abordada por el acusado, quien la volvió a introducir en la parte trasera de su vehículo, amenazándola con una pistola. Posteriormente, el secuestrador amordazó a la joven y la introdujo en el capó de otro vehículo y la condujo, según se supo después, hasta el restaurante "El ático" de la Playa de San Juan, propiedad de José Gallo, donde quedó amordazada.