L D (EFE) Así lo indicaron a la agencia EFE fuentes de la investigación, que precisaron que los restos reclamados pertenecen a Abdennabi Kounjaa , de origen marroquí y quien figuraba en las órdenes internacionales de busca y captura dictadas por su presunta relación con los atentados del 11-M.
Los familiares de los otros suicidas, según las mismas fuentes, no han reclamado a la jueza de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios , los restos de sus allegados, si bien hasta el momento sólo han podido ser identificados, además de Kounjaa, cinco terroristas. Estos son: los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha ; Serhane Ben Abdelmaji " El Tunecino ", considerado el coordinador de los atentados; su lugarteniente Jamal Ahmidan, conocido como " El Chino ", y Asri Rifaat Anouar .
Queda pendiente de identificar un sólo cuerpo y los investigadores no descartan que pueda corresponder a Said Berraj , otro de los sospechosos sobre el que pesa una orden de busca y captura. El juez encargado de la investigación del 11-M, el magistrado Juan del Olmo , considera que Berraj mantuvo relación con "El Tunecino" y con otros detenidos ya en prisión por los atentados, como el sirio Basel Ghayoun. Berraj abandonó el 9 de marzo su domicilio y trabajo y, tres días después, el 12, comunicó que se marchaba a Marruecos al entierro de una hermana, pero gestiones policiales posteriores han confirmado que no tiene hermana.
La Policía está investigando si el entorno de los terroristas islámicos que se suicidaron en la vivienda de Leganés pudo estar relacionado con la profanación del nicho donde fue enterrado Francisco Javier Torrenteras , el agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) fallecido tras la explosión. Esta es la principal hipótesis que barajan los investigadores, aunque no descartan otras.
Los agentes encargados de la investigación de este suceso, ocurrido en el Cementerio Sur de Madrid, no descartan que los autores de la profanación perpetraran esta acción por venganza tras lo sucedido en Leganés. Fuentes policiales aseguraron que el cadáver del agente no tenía un pico clavado en la cabeza, ni una pala en el pecho, sino que el pico estaba apoyado a la altura de la cabeza y no tenía mango, porque se quemó. Tanto el pico como la pala, que no estaba clavada en el pecho y tenía el mango quemado por la mitad, se utilizaron para romper la puerta del nicho y sacar el cadáver para destrozarlo.
La mano derecha del agente, que no desapareció, estaba quemada ya que estaba situada, en el momento del suceso, en la parte del féretro donde se depositó más cantidad de gasolina y se inició la combustión del cuerpo. Los restos del agente fueron incinerados el lunes por la noche.
Los familiares de los otros suicidas, según las mismas fuentes, no han reclamado a la jueza de la Audiencia Nacional, Teresa Palacios , los restos de sus allegados, si bien hasta el momento sólo han podido ser identificados, además de Kounjaa, cinco terroristas. Estos son: los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha ; Serhane Ben Abdelmaji " El Tunecino ", considerado el coordinador de los atentados; su lugarteniente Jamal Ahmidan, conocido como " El Chino ", y Asri Rifaat Anouar .
Queda pendiente de identificar un sólo cuerpo y los investigadores no descartan que pueda corresponder a Said Berraj , otro de los sospechosos sobre el que pesa una orden de busca y captura. El juez encargado de la investigación del 11-M, el magistrado Juan del Olmo , considera que Berraj mantuvo relación con "El Tunecino" y con otros detenidos ya en prisión por los atentados, como el sirio Basel Ghayoun. Berraj abandonó el 9 de marzo su domicilio y trabajo y, tres días después, el 12, comunicó que se marchaba a Marruecos al entierro de una hermana, pero gestiones policiales posteriores han confirmado que no tiene hermana.
La Policía está investigando si el entorno de los terroristas islámicos que se suicidaron en la vivienda de Leganés pudo estar relacionado con la profanación del nicho donde fue enterrado Francisco Javier Torrenteras , el agente del Grupo Especial de Operaciones (GEO) fallecido tras la explosión. Esta es la principal hipótesis que barajan los investigadores, aunque no descartan otras.
Los agentes encargados de la investigación de este suceso, ocurrido en el Cementerio Sur de Madrid, no descartan que los autores de la profanación perpetraran esta acción por venganza tras lo sucedido en Leganés. Fuentes policiales aseguraron que el cadáver del agente no tenía un pico clavado en la cabeza, ni una pala en el pecho, sino que el pico estaba apoyado a la altura de la cabeza y no tenía mango, porque se quemó. Tanto el pico como la pala, que no estaba clavada en el pecho y tenía el mango quemado por la mitad, se utilizaron para romper la puerta del nicho y sacar el cadáver para destrozarlo.
La mano derecha del agente, que no desapareció, estaba quemada ya que estaba situada, en el momento del suceso, en la parte del féretro donde se depositó más cantidad de gasolina y se inició la combustión del cuerpo. Los restos del agente fueron incinerados el lunes por la noche.