L D (EFE) El encuentro se caracterizó por la gran defensa de los visitantes (6-0) que condicionó el inicio de los locales. El Ciudad Real no encontró con facilidad la manera de sobrepasar la barrera de su adversario, que se adelantó con cierta contundencia en el marcador en el arranque del partido (0-3). San Antonio encontró también facilidad en la defensa local 5-1 y fue Albert Roca el que con Boesen orientó a su equipo hacia la victoria momentánea.
El Ciudad Real, bien conducido por Talan Dujshebaev, ajustó su defensa y poco a poco remontó hasta situarse con un 7-4 (m.18), pero el Portland, gracias a sus contragolpes lanzados por su buena defensa, equilibró la contienda (10-10 y 14-13 al descanso). Aunque en la reanudación el cuadro manchego aprovechó su primera posesión para situarse con un 15-13, el conjunto de Zupo Equisoaín supo revertir la situación (17-18, m.36).
El partido se convirtió más en una situación llena de precauciones que de riesgo. La solidez en defensa daba firmeza a las posibilidades de ambos. Fue el instante en el que también los nervios aparecieron sobre la pista, con imprecisiones, ya que nadie quería poder perder la posibilidad de puntuar. La entrada de nuevo de Trives supuso el regreso del ideario de juego porque por el extremo fue el que colocó a su equipo tres goles por encima (22-19, m.47), aunque los locales acusaron la presión del título y sufrieron para alcanzar al menos el empate que les daba la corona.
El Ciudad Real, bien conducido por Talan Dujshebaev, ajustó su defensa y poco a poco remontó hasta situarse con un 7-4 (m.18), pero el Portland, gracias a sus contragolpes lanzados por su buena defensa, equilibró la contienda (10-10 y 14-13 al descanso). Aunque en la reanudación el cuadro manchego aprovechó su primera posesión para situarse con un 15-13, el conjunto de Zupo Equisoaín supo revertir la situación (17-18, m.36).
El partido se convirtió más en una situación llena de precauciones que de riesgo. La solidez en defensa daba firmeza a las posibilidades de ambos. Fue el instante en el que también los nervios aparecieron sobre la pista, con imprecisiones, ya que nadie quería poder perder la posibilidad de puntuar. La entrada de nuevo de Trives supuso el regreso del ideario de juego porque por el extremo fue el que colocó a su equipo tres goles por encima (22-19, m.47), aunque los locales acusaron la presión del título y sufrieron para alcanzar al menos el empate que les daba la corona.