L D (Agencias) Más de 20.000 seguidores del Atlético de Madrid han dado el último adiós a Jesús Gil, que falleció este viernes como consecuencia de un infarto cerebral. La afición del Atlético volvió a acudir en masa al estadio Vicente Calderón, pero en esta ocasión no fue para animar al equipo, sino para mostrar su condolencia a la familia Gil, que durante toda la mañana recibió el apoyo de autoridades políticas y representantes del mundo del fútbol y del espectáculo.
Último adiós de los aficionados a Gil en la capilla ardiente
Instalada en la Sala de Honor del estadio, por la capilla ardiente pasaron más de 20.000 aficionados, según fuentes del club, durante las seis horas que permaneció expuesto el féretro de Gil, cubierto con una bandera rojiblanca. Desde las diez de la mañana a las cuatro de la tarde, el tiempo que permaneció abierta la capilla ardiente, miles de seguidores rodearon el estadio Vicente Calderón y completaron, con sentidas dedicatorias, los cinco libros de condolencias que el club dispuso para que expresasen sus sentimientos. La Sala de Honor se convirtió en el centro del peregrinar de personalidades y aficionados anónimos que trataban de consolar a la familia y mostraron su respeto ante el féretro, que estuvo flanqueado por las tres Copas del Rey y la Copa de la Liga, los trofeos que conquistó el Atlético durante el mandato de Gil.
Madrid y el mundo del fútbol también se despidieron
A primera hora, llegó el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y, poco después, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que destacó que lo nunca se podrá poner en duda "es el amor de Gil al Atlético". "Era emocionante oirle decir que tenía guardada una bandera del Atlético para que le enterrasen con ella", comentó. A mediodía, los representantes del máximo rival. Jorge Valdano y Emilio Butragueño, por parte de la directiva, los capitanes de la primera plantilla Raúl González y José María Gutiérrez, acudieron al estadio Vicente Calderón tras el entrenamiento del equipo. "Era nuestro azote, pero nos acordaremos mucho de él", recordó Valdano, poco antes de que se sumase al duelo el presidente madridista, Florentino Pérez.
No fue el único dirigente que quiso consolar a los familiares. También se personaron el presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, recién llegado de Zúrich, donde participó en la elección de Sudáfrica como sede del Mundial 2010, el mandatario del Barcelona, Joan Laporta, el del Valencia, Jaime Ortí, y el bético Manuel Ruiz de Lopera, entre otros. Instantes después, se sumó la primera plantilla y el cuerpo técnico del equipo, que de forma individual dieron el pésame a la familia. Las notas del himno del club, más solemnes que nunca, dieron paso al responso oficiado por el capellán del club, el padre Daniel.
Gil fue enterrado en el cementerio de La Almudena
Último adiós de los aficionados a Gil en la capilla ardiente
Instalada en la Sala de Honor del estadio, por la capilla ardiente pasaron más de 20.000 aficionados, según fuentes del club, durante las seis horas que permaneció expuesto el féretro de Gil, cubierto con una bandera rojiblanca. Desde las diez de la mañana a las cuatro de la tarde, el tiempo que permaneció abierta la capilla ardiente, miles de seguidores rodearon el estadio Vicente Calderón y completaron, con sentidas dedicatorias, los cinco libros de condolencias que el club dispuso para que expresasen sus sentimientos. La Sala de Honor se convirtió en el centro del peregrinar de personalidades y aficionados anónimos que trataban de consolar a la familia y mostraron su respeto ante el féretro, que estuvo flanqueado por las tres Copas del Rey y la Copa de la Liga, los trofeos que conquistó el Atlético durante el mandato de Gil.
Madrid y el mundo del fútbol también se despidieron
A primera hora, llegó el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón y, poco después, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que destacó que lo nunca se podrá poner en duda "es el amor de Gil al Atlético". "Era emocionante oirle decir que tenía guardada una bandera del Atlético para que le enterrasen con ella", comentó. A mediodía, los representantes del máximo rival. Jorge Valdano y Emilio Butragueño, por parte de la directiva, los capitanes de la primera plantilla Raúl González y José María Gutiérrez, acudieron al estadio Vicente Calderón tras el entrenamiento del equipo. "Era nuestro azote, pero nos acordaremos mucho de él", recordó Valdano, poco antes de que se sumase al duelo el presidente madridista, Florentino Pérez.
No fue el único dirigente que quiso consolar a los familiares. También se personaron el presidente de la Federación Española, Ángel María Villar, recién llegado de Zúrich, donde participó en la elección de Sudáfrica como sede del Mundial 2010, el mandatario del Barcelona, Joan Laporta, el del Valencia, Jaime Ortí, y el bético Manuel Ruiz de Lopera, entre otros. Instantes después, se sumó la primera plantilla y el cuerpo técnico del equipo, que de forma individual dieron el pésame a la familia. Las notas del himno del club, más solemnes que nunca, dieron paso al responso oficiado por el capellán del club, el padre Daniel.
Gil fue enterrado en el cementerio de La Almudena
Las muestras de cariño de una afición que, en algunos casos compatibilizó el dolor por la muerte del ex presidente, con la celebración de la fiesta del patrón de la ciudad, en la Pradera de San Isidro, a un kilómetro escaso del estadio, se trasladaron posteriormente al cementerio de La Almudena, donde Jesús Gil fue enterrado, en el panteón familiar, pasadas las 18.00 horas. Pese al deseo de la familia de una ceremonia íntima, alrededor de un millar de seguidores se congregaron junto al panteón, muchos de ellos tras recorrer a la carrera los 500 metros que le separaban de la capilla de la entrada, donde creían que se iba a parar la comitiva fúnebre.
La llegada del féretro, escoltado por la policía local marbellí, fue recibida con una cerrada ovación, "vivas" al ex presidente, a su familia e, incluso, a los jugadores, y algún infructuoso intento de entonar el "Y tal", oficioso himno con el que se identificó a Jesús Gil. Un Padre Nuestro, recitado en algunos de los casos entre sollozos, y la petición a la plantilla de que se clasifiquen para la Copa de la UEFA, sirvió para despedir definitivamente a el ex presidente rojiblanco, que este domingo volverá a recibir el homenaje de la afición en el encuentro que enfrentará al Atlético de Madrid con el Zaragoza.
La llegada del féretro, escoltado por la policía local marbellí, fue recibida con una cerrada ovación, "vivas" al ex presidente, a su familia e, incluso, a los jugadores, y algún infructuoso intento de entonar el "Y tal", oficioso himno con el que se identificó a Jesús Gil. Un Padre Nuestro, recitado en algunos de los casos entre sollozos, y la petición a la plantilla de que se clasifiquen para la Copa de la UEFA, sirvió para despedir definitivamente a el ex presidente rojiblanco, que este domingo volverá a recibir el homenaje de la afición en el encuentro que enfrentará al Atlético de Madrid con el Zaragoza.