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Petacchi no perdona e iguala su récord de seis victorias en el Giro de Italia

El ciclista italiano Alessandro Petacchi, del Fassa Bortolo, sigue demostrando que no perdona en las llegadas masivas. Ha vuelto a ser el más rápido en la duodécima etapa del Giro de Italia 2004, por sexta vez en lo que va de carrera, con lo que iguala el récord de triunfos que logró en la edición anterior. Su compatriota Damiano Cunego (Saeco) mantiene un día más la maglia rosa de líder.

L D (EFE) Petacchi ha invertido en los 210 kilómetros, entre las localidades de Cesena y Treviso, un tiempo de cuatro horas, 48 minutos y 22 segundos, el mismo que el pelotón principal, en el que estaban los primeros de la genera.

El triunfo de Petacchi no es ninguna sorpresa. Era el terreno ideal para su lucimiento. Muchos kilómetros y completamente llanos. Sólo algún que otro sobresalto debido al viento, ya que muchos kilómetros discurrían pegados a carreteras próximas a la costa adriática.

El comienzo de la etapa fue una especie de homenaje al malogrado corredor italiano Marco Pantani, fallecido en extrañas circunstancias el pasado 14 de febrero en un hotel de la localidad adriática de Rímini, muy cerca de su Cesenatico natal y próximo al punto de partida de la jornada en Cesena. Pintadas, pancartas, banderas y un sinfín de panfletos con la efigie del Pirata adornaron la salida, algo que no es ninguna novedad, pues desde que comenzó el Giro, carrera que Pantani ganó en la edición de 1998, su nombre es una constante en las tradicionales pintadas de la carretera. Algunos de sus amigos del pelotón, entre ellos los italianos Stefano Garzelli y el flamante ganador de la jornada anterior Emanuele Sella se acercaron al cementerio donde reposan los restos de Pantani.

Al margen de esos prolegómenos que estuvieron centrados en Pantani, la carrera cambió por completo cuando se dio el banderazo de salida y, como está siendo habitual en esta edición del Giro, los tirones pasaron a ser una constante hasta que se formó la escapada del día y los protagonistas no fueron otros que el belga Gert Steegmans, el italiano Leonardo Scarselli y el croata Radoslav Rogina. Ninguno de ellos estaba bien situados en la general. Por ello que el Saeco no le dieran mayor importancia a la escapada. Llegaron a tener hasta casi media docena de minutos a mitad de carrera, pero le pesó el trazado suave, sin apenas repechos y con la única dificultad de viento racheado, por aquello de que muchos kilómetros de carretera discurrieran próximas al mar.

Una escapada que, como en ocasiones anteriores, excepción hecha de la anterior en la que el italiano Emanuele Sella remató una fuga, estaba llamada a fracasar. nego. Fue un calco de lo sucedido en jornadas anteriores, pues los Saeco de Cunego y Simoni dejaron que cogieran hasta media docena de minutos. En el tramo final pasaron la responsabilidad a los conjuntos con esprinters en sus filas, especialmente al Fassa Bortolo de Alessandro Petacchi, vencedor de cinco etapas y que en las últimas no había "mojado". El final fue un calco de lo sucedido en las llegadas masivas. Es decir, el Fassa Bortolo a bloque trabajando para Petacchi, que, un día más, y a pesar de que tuvo que realizar una espectacular remontada, se hacía con victoria por delante del australiano Robbie McEwen y el bielorruso Alexandre Usov.

La decimotercera etapa será una contrarreloj individual de 52 kilómetros y que tendrá como escenario la ciudad de Trieste y sus alrededores. Un circuito de duro y selectivo, especialmente en su primera parte debido a los numerosos toboganes, con el alto de Sagrado Carso (tercera categoría, en el kilómetro 18) y por la parte final que discurre por carreteras cercanas al mar Adriático, por lo que si el viento hace acto de presencia puede provocar alguna que otra sorpresa.

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