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EEUU niega su retirada de Kerbala e insiste en que Al Sader debe disolver su milicia y entregarse

El mando militar estadounidense ha puesto como condición para poner fin a las operaciones del Ejército en el frente chií a que el clérigo radical Muqtada al Sader disuelva su milicia y se entregue. Desmentía así unas informaciones de fuentes chiíes, que anunciaron que EEUU había comenzado a retirarse de Kerbala.

El mando militar estadounidense ha puesto como condición para poner fin a las operaciones del Ejército en el frente chií a que el clérigo radical Muqtada al Sader disuelva su milicia y se entregue. Desmentía así unas informaciones de fuentes chiíes, que anunciaron que EEUU había comenzado a retirarse de Kerbala.
L D (EFE) El portavoz militar norteamericano, general Mark Kimmit, también rechazó informaciones procedentes del frente chií, según las cuales se ha alcanzado un acuerdo para el cese de las hostilidades entre el autodenominado "Ejército de Al Mahdi", de los radicales seguidores de Al Sader, y las fuerzas de EEUU.

El portavoz del clérigo radical en Nayaf, Qais al Jazali, dijo que la milicia del clérigo rebelde pondrá fin a su presencia en las ciudades que acogen santuarios chiíes si el Ejército norteamericano hace lo mismo. "He escuchado estas informaciones...No sabemos nada de que se está produciendo ninguna retirada en Kerbala", dio el general norteamericano.

Las afirmaciones chiíes y el desmentido estadounidense se producen pocos días después de que la máxima autoridad religiosa chií, el gran ayatolá Ali Sistani, instara a las partes beligerantes a abandonar las ciudades santas para esa comunidad, mayoritaria en Irak. "Respetamos los santuarios, pero seguiremos persiguiendo a la milicia de Al Sader incluso hasta después del 30 de junio", fecha prevista para el traspaso de poder a los iraquíes, recalcaron fuentes estadounidenses.

Mientras tanto, Bagdad vivió este sábado una jornada de violencia, con la muerte de cinco personas y una viandante en un nuevo atentado con coche bomba perpetrado cerca de la casa del subsecretario del Ministerio del Interior. En el atentado, ocho personas resultaron heridas, entre ellas uno de los tres viceministros de Interior.

Este ataque se produjo pocas horas después de que terroristas iraquíes hicieran explotar una bomba de fabricación casera al paso de una patrulla militar norteamericana en un barrio del sur de Bagdad, atentado en el que fue asesinado un soldado estadounidense y provocó heridas graves a otros tres.

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