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Los Príncipes de Asturias asistirán este jueves en Jordania a su primer acto oficial

Los Príncipes de Asturias viajarán este jueves a Jordania para proseguir su viaje de bodas después de haber visitado varias localidades del interior de España y la costera ciudad de San Sebastián, en el País Vasco. Felipe de Borbón y Letizia Ortiz tienen previsto asistir a las celebraciones de la boda del Príncipe heredero, Hamza Bin al Husein, y la princesa Noor, en lo que será su primer acto oficial después de su boda el sábado en Madrid.

Los Príncipes de Asturias viajarán este jueves a Jordania para proseguir su viaje de bodas después de haber visitado varias localidades del interior de España y la costera ciudad de San Sebastián, en el País Vasco. Felipe de Borbón y Letizia Ortiz tienen previsto asistir a las celebraciones de la boda del Príncipe heredero, Hamza Bin al Husein, y la princesa Noor, en lo que será su primer acto oficial después de su boda el sábado en Madrid.
L D (EFE) Sólo cinco días después de su enlace, los recién casados asistirán a otra boda real, que reunirá a numerosos miembros de la realeza europea y casas reales árabes. En Jordania, los Príncipes de Asturias estarán en Ammán y en Aqba, y no se descarta la posibilidad de que la pareja visite la ciudad de Petra y el desierto Wadi Rum.
 
Según fuentes diplomáticas en Aman, es posible que el sábado algunos invitados al enlace visiten la antigua ciudad nabatea de Petra, cercana a Aqaba, en el desierto jordano y una de las joyas de la arqueología de Oriente Medio. Felipe de Borbón y Letizia Ortiz regresaron este martes en avión a Madrid desde San Sebastián, tras recorrer 800 kilómetros en automóvil y 600 en avión en sólo dos días, en los que se han sido aclamados continuamente por los ciudadanos.
 
El viaje de novios de la pareja, que empezó el domingo en Cuenca, ciudad patrimonio cultural de la Humanidad, y continuó por lugares emblemáticos de España como Albarracín, Zaragoza, Sos del Rey Católico, en Aragón, y por la ciudad medieval de Olite, en Navarra, concluyó este martes su primera etapa en San Sebastián. En esa ciudad, al borde del Cantábrico, los Príncipes de Asturias, que recibieron las felicitaciones de los ciudadanos y las autoridades, dedicaron tres horas a recorrer el Palacio Miramar, que perteneció a la familia real española hasta 1972. Dominando las playas de Ondarreta y La Concha, el palacio de Miramar, construido en 1893, fue residencia de verano de Alfonso XIII y lugar en el que, en su adolescencia vivió y cursó parte de sus estudios el Rey Juan Carlos de España.
 
Posteriormente, el Príncipe Felipe inauguró una exposición sobre el descubridor vasco Miguel López de Legazpi que se exhibe en el museo de San Telmo, situado en la céntrica y tradicional Parte Vieja de San Sebastián. En esa ciudad, la pareja degustó un exquisito menú de Juan María Arzak, uno de los cocineros que elaboró el servido en la cena de gala ofrecida por los Reyes de España, Juan Carlos y Sofía, la víspera de la boda real, en el palacio de El Pardo de Madrid.
 
Después, los Príncipes, que vestían ropa informal, se trasladaron al paseo marítimo de la ciudad, donde Felipe Borbón fotografió a su esposa, para guardar un recuerdo de la visita, y saludaron a quienes disfrutaban de un día soleado. Desde allí, se dirigieron a la vecina localidad de Hernani, para visitar el museo dedicado al escultor vasco de renombre internacional Eduardo Chillida, que, pese a estar cerrado al público, abrió sus puertas especialmente para ellos. Allí, recibieron varios regalos de la viuda del artista, Pilar, como sendas serigrafías y un pañuelo de seda grabado que la esposa del Príncipe Felipe llevo puesto a su regreso en avión a Madrid.
 
El viaje de bodas de los Príncipes comenzó el domingo en Cuenca, ante la sorpresa de los vecinos, que vieron pasear por sus calles a los recién casados como una pareja más. El viaje, que había comenzado con relativo anonimato y tranquilidad, se convirtió en "delirio" popular, al visitar los Príncipes la Basílica del Pilar de Zaragoza, donde la pareja y los escoltas que les acompañan pasaron algunos apuros, al verse rodeados por la multitud. Este periplo por España, planificado antes de la boda, responde al deseo de los recién casados de recorrer lugares que alguno de los dos ya conocía y que por su valor histórico, artístico o sentimental, querían mostrarse uno al otro.

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