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El Barcelona acaricia el título de la ACB al ganar el segundo partido al Estudiantes (80-74)

Dos días después de su primer triunfo sobre el Adecco Estudiantes, el Barcelona ha vuelto a imponerse al equipo colegial con polémica para empezar a acariciar la copa que le acredita como campeón de la Liga ACB. El conjunto azulgrana podría reeditar el título este mismo miércoles si vence en el tercer partido, que se disputará en Vistalegre. Dejan Bodiroga, con 27 puntos, ha sido el máximo anotador de este segundo encuentro.
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Dos días después de su primer triunfo sobre el Adecco Estudiantes, el Barcelona ha vuelto a imponerse al equipo colegial con polémica para empezar a acariciar la copa que le acredita como campeón de la Liga ACB. El conjunto azulgrana podría reeditar el título este mismo miércoles si vence en el tercer partido, que se disputará en Vistalegre. Dejan Bodiroga, con 27 puntos, ha sido el máximo anotador de este segundo encuentro.
L D (EFE) El guión del segundo partido respecto al primero cambió pero el desenlace fue el mismo: el Estudiantes olvidó de nuevo que el Barcelona es intratable en un duelo que se decide en sus últimos segundos. Aunque esa escena decisiva se repitió, lo sucedido anteriormente fue otra historia, en la que los rivales intercambiaron los papeles ejecutados el sábado.

Esta vez fue el Barça el dominador claro del partido y el equipo madrileño el que tuvo que ponerlo todo sobre la pista para equilibrar el marcador en un último cuarto que empezó con dieciséis puntos de desventaja (64-48). El empate, después de haber ido siempre por debajo en el marcador, llegaba a 50 segundos del final, tras un triple de Carlos Jiménez (73-73). A treinta segundos, Bodiroga se fue a la línea de tiros libres para empezar su recital (75-73) y al Estu le quedó una posesión íntegra para hacer de Barcelona y apuntarse el segundo partido.

El destino, sin embargo, quiso que el mismo jugador que tiró el encuentro el sábado, Corey Brewer, volviera a hacerlo esta vez porque esa posesión acabó en nada por un fallo suyo en el control del balón. El equipo visitante no pudo ni pensar si prefería tirar de tres o buscar la prórroga con una canasta de dos, porque la desgracia se cebó de nuevo con Brewer. Después, el inacabable intercambio de tiros libres, aunque Navarro falló en uno de ellos y Nikola Loncar buscó rizar el rizo en su ejecución desde la misma distancia, metiendo el primer tiro y fallando adrede el segundo para hacerse con un rebote que cayó en manos de Bodiroga. El serbio no perdonó y mucho menos después de que Loncar viese una descalificante que aumentó el marcador final a un 80-74 que le sirve el título en bandeja al Barcelona. El Adecco Estudiantes sabe ahora que está obligado a ganarle tres partidos seguidos al vigente campeón, aunque este segundo encuentro se lo complicó desde el pitido inicial.

Los estudiantiles no se dieron cuenta de que el intercambio de papeles jugaba en favor del Barcelona y que ceder las primeras ventajas, de hasta once puntos (21-9) en el primer cuarto, a su rival sólo podían llevarle en el peor de los casos a un final apretado. Pesic recuperó a un Roberto Dueñas desdibujado en los últimos tiempos, pero que en el encuentro de este lunes ha firmado el récord de tapones en una final (6). Además, el técnico serbio le dio además minutos desde muy pronto a Christian Drejer e improvisó quintetos que no se habían visto hace dos días, pero el principal cambio de guión perjudicaba al Adecco Estudiantes.

Nikola Loncar había perdido la inusitada puntería del sábado y su equipo lo pagaba hasta el punto de que sólo su defensa zonal y la inspiración puntual de Andrae Patterson lo mantenían en el partido. El tercer cuarto todavía fue peor para el conjunto madrileño, que veía como Felipe Reyes se cargaba con su cuarta personal y como las máximas diferencias alcanzaban su cenit con la conclusión del período (64-48). Quedaba la machada. Pero el Estu fue capaz de protagonizarla, con una más que intensa defensa que ahogó el juego del Barcelona. El problema es que el esfuerzo sólo servía para jugarse la victoria en los últimos segundos y tanto Pepu Hernández como sus jugadores tropezaron de nuevo con la misma piedra.

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