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El Papa pide al Gobierno español que vele por el derecho a la vida, la familia y el matrimonio

El Papa Juan Pablo II condenó este viernes el aborto y los matrimonios de homosexuales y pidió al Gobierno español que garantice el derecho fundamental a la vida, que defienda a la familia y al matrimonio entre un hombre y una mujer, así como la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas.

El Papa Juan Pablo II condenó este viernes el aborto y los matrimonios de homosexuales y pidió al Gobierno español que garantice el derecho fundamental a la vida, que defienda a la familia y al matrimonio entre un hombre y una mujer, así como la enseñanza de la religión católica en las escuelas públicas.
L D (EFE) El Pontífice hizo estas peticiones en el discurso que dirigió al nuevo embajador de España ante la Santa Sede, Jorge Dezcallar, que este viernes le presentó sus cartas credenciales en el Vaticano, tres días antes de que Juan Pablo II reciba al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.

Tras resaltar las buenas relaciones entre la Santa Sede y España, basadas, según dijo, en la estima y el respeto, Juan Pablo II se refirió a los temas que en estos momentos preocupan a la Iglesia española tras el proyecto de los socialistas, en el poder, de ampliar la ley del aborto, permitir los matrimonios de homosexuales y revisar la asignatura de religión en las escuelas estatales.

El Papa Wojtyla también se refirió a la familia, a la que llamó núcleo central y fundamental de toda sociedad. El Pontífice dijo que sus derechos son primarios y que entre tales derechos no se ha de olvidar el de nacer y crecer en un hogar estable, "donde la palabra padre y madre puedan decirse con gozo y sin engaño". Con esas palabras, el Pontífice rechazó los matrimonios entre homosexuales, así como la posibilidad de que puedan, además, adoptar niños.

Juan Pablo II subrayó el derecho de la familia a educar los hijos de acuerdo con sus propias convicciones morales y religiosas y resaltó el papel de las escuelas vinculadas a la Iglesia, que contribuyen -dijo- al bien común de los ciudadanos, a menudo de los menos favorecidos. El Papa añadió que "tampoco se debe infravalorar la enseñanza de la religión católica en las instituciones estatales, basada en el derecho de las familias que lo solicitan, sin discriminaciones ni imposiciones".

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