(Libertad Digital) Gracias a la investigación periodística de El Mundo y a las filtraciones del sumario que instruye el magistrado Juan del Olmo, poco a poco se van colocando las piezas del rompecabezas que forman la trama y posterior investigación de los atentados del 11 de marzo.
Las conexiones entre los confidentes policiales y los atentados cada vez aparecen más estrechas. Primero fue la dinamita, luego la metralla y ahora el transporte de los explosivos desde principios de enero a finales de febrero.
Además, un episodio siniestro desvelado este viernes por El Mundo reabre algunos de los interrogantes sobre la actuación de algunos miembros policiales en las horas posteriores a la explosión de los trenes. Resulta que entre los papeles incautados a la confidente policial Carmen Toro se ha encontrado un teléfono con un nombre igual al del comisario jefe de los Tedax. Tuvo que ser el propio juez Del Olmo el que comprobara que el número, en realidad, pertenecía a uno de los policías que trabajan para él en la investigación del 11-M.
Y mientras siguen entrando españoles en la cárcel por su relación con los atentados, el magistrado de la Audiencia Nacional pone en libertad por falta de pruebas a Mohamed Chaoui –hermanastro de Jamal Zougam–, Mohamed Bekkali y Abderrahim Zbakh El Químico, tres de los islamistas acusados de cometer los atentados.
El jueves, un día antes de que los periódicos recogieran en sus ediciones de papel estas revelaciones, Carlos Llamas, presentador del programa Hora 25 de la Cadena SER, preguntaba al portavoz del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, si todavía creía que la banda terrorista ETA podría tener alguna relación con los atentados del 11 de marzo. La respuesta de Zaplana cogió por sorpresa a Llamas. "Yo no descarto nada. Si alguien tiene pruebas rotundas para descartarlo que lo diga", dijo el ex ministro portavoz. "Le digo mi opinión hoy, fíjese si ha pasado tiempo", añadió casi desafiante el político popular.