L D (EFE) Rossi, que sólo fue líder del campeonato tras vencer en el gran premio inaugural de la temporada, en Sudáfrica, cedía tan privilegiada posición en la siguiente carrera a Gibernau, quien desde entonces ha mandado en la tabla de puntos y sólo tras su derrota en Assen le devuelve el liderato a su rival italiano, aunque ambos se encuentran con los mismos puntos y sólo el mayor número de victorias permite al transalpino ser primero.
El doctor Rossi logró su tercera pole position de la temporada, las mismas que tiene Sete Gibernau, quien además no ha fallado nunca en lo que va de año y en todas las pruebas disputadas ha salido desde la primera línea y, como era de esperar, tampoco ha fallado esta vez al instalarse en cabeza en cuanto se llegó a la primera curva. A partir de ahí y, salvo intromisiones sin demasiada convicción, la carrera de MotoGP fue una lucha exclusiva entre los dos primeros clasificados de esta temporada y de la anterior, Valentino Rossi y Sete Gibernau, quien llevó el peso de la competición prácticamente desde la primera hasta la última vuelta y quizás ese fue su error.
Gibernau llevó en todo momento la iniciativa y en ningún momento, hasta la última vuelta, se vio atosigado por Rossi y eso debió ser su referencia más válida para darse cuenta de que el campeón mundial urdía algo, pero no cayó en la cuenta y pagó muy caro ese despiste. Valentino Rossi había estudiado a la perfección al piloto de la Movistar Honda RC 211 V y sabía donde podía superarlo que era, paradójicamente, la parte del circuito que mejor se le daba, los dos últimos parciales y, controversia aparte, que la hubo por ambos bandos, el representante de Yamaha aprovechó su oportunidad y metió la rueda de su M 1 en donde pensaba. Gibernau intentó devolverle la jugada pero fue demasiado tarde.
Sete, que en el penúltimo giro protagonizó uno de los récord de vuelta rápida por debajo incluso de su mejor tiempo de entrenamientos -algo inusual en carrera- tocó con su rueda delantera la trasera de la moto de Rossi. El guardabarros saltó por los aires y el de Telefónica vio en ello una acción malintencionada de Rossi, mientras éste explicó que tuvo que alargar la trayectoria para que no se le cerrase la dirección y se fuese al suelo. El enfrentamiento estaba servido y Gibernau, desde luego, no tenía cara de muchos amigos en el podio, en donde no celebró la segunda posición, pero el hecho cierto fue que acumuló la tercera derrota consecutiva y directa frente a Valentino Rossi y ahora deberá esforzarse al máximo ante la llegada de circuitos en los que el mayor potencial de su Movistar Honda RC 211 V queda relegado a un segundo plano frente a las exhibiciones de pilotaje.
Porto gana en 250 c.c.
Estas mismas exhibiciones se vivieron en el resto de cilindradas ya que tras una lucha ambiciosa de los principales representantes de los 250 c.c., el argentino Sebastián Porto (Aprilia) supo cambiar el ritmo en el momento idóneo para despegarse de sus rivales y obtener el segundo triunfo del año, que además le acerca a la lucha por el título mundial al ceder hasta el cuarto puesto el vigente líder de la clasificación, el francés Randy de Puniet.
No apta para cardíacos resultó la última vuelta de 125 c.c., en la que se plantaron cuatro pilotos en un pañuelo, los italianos Andrea Dovizioso (Honda) y Roberto Locatelli (Aprilia), el australiano Casey Stoner (KTM) y el español Jorge Lorenzo (Derbi), que a la postre fue el que ganó, aunque tuvo que hacer una auténtica machada para ello, pues se equivocó y se salió a la hierba, regresó el cuarto desde el primero que había ocupado y de una forma fulgurante recuperó su puesto para garantizarse la primera victoria del año con contundencia.