L D (EFE) Así lo manifestó el Pontífice en el discurso que dirigió a Felipe de Borbón y su esposa, Letizia Ortiz, antes quienes resaltó que el nacimiento de una nueva familia "es siempre un gran acontecimiento".
"Lo es para los esposos, cuyo amor se enrique y afianza con la gracia divina. Lo es también para las respectivas familias y para la sociedad, pues una convivencia fiel que no caduca conlleva nuevas esperanza y promesas de vida", afirmó el Obispo de Roma, que habló en español. Con estas palabras, el anciano Pontífice reiteró su defensa del sacramento del matrimonio y de la institución familiar.
Juan Pablo II les dijo que le era muy grato recibirles en audiencia poco después de haber celebrado "el sacramento del matrimonio" y les agradeció la deferencia por haber querido visitarle en los comienzos de su vida conyugal. Siguiendo una tradición de la Casa Real española, los Príncipes de Asturias viajaron al Vaticano para ser bendecidos por el Papa tras su matrimonio, celebrado el 22 de mayo pasado.
Tras el encuentro con el Papa, Felipe de Borbón y su esposa fueron recibidos por el cardenal secretario de estado, Angelo Sodano, y después visitaron la basílica de San Pedro.
"Lo es para los esposos, cuyo amor se enrique y afianza con la gracia divina. Lo es también para las respectivas familias y para la sociedad, pues una convivencia fiel que no caduca conlleva nuevas esperanza y promesas de vida", afirmó el Obispo de Roma, que habló en español. Con estas palabras, el anciano Pontífice reiteró su defensa del sacramento del matrimonio y de la institución familiar.
Juan Pablo II les dijo que le era muy grato recibirles en audiencia poco después de haber celebrado "el sacramento del matrimonio" y les agradeció la deferencia por haber querido visitarle en los comienzos de su vida conyugal. Siguiendo una tradición de la Casa Real española, los Príncipes de Asturias viajaron al Vaticano para ser bendecidos por el Papa tras su matrimonio, celebrado el 22 de mayo pasado.
Tras el encuentro con el Papa, Felipe de Borbón y su esposa fueron recibidos por el cardenal secretario de estado, Angelo Sodano, y después visitaron la basílica de San Pedro.