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Garzón insiste en que la guerra de Irak fue ilegal y pide que a Sadam se le juzque fuera del país

Mientras el poder acaba de ser traspasado al Gobierno iraquí y Sadam Husein pasa a su custodia, el juez español Baltasar Garzón aboga por juzgar al dictador en el extranjero si no existe tranquilidad en Irak. Además, el juez insistió en San Francisco en que los límites de la lucha contra el terrorismo "se han quebrado estrepitosamente", que la intervención en Irak fue "ilegal", y cualquier acto posterior está viciado por ello.

L D (EFE) "La llamada guerra contra el terrorismo es algo que no ha producido ningún beneficio, pero la respuesta desde la ley sí que lo ha tenido", dijo Baltasar Garzón en la conferencia organizada por el "World Affairs Council" y el Colegio de Abogados de San Francisco.

El juez de la Audiencia Nacional señaló que el ex líder iraquí Sadam Husein, que se encuentra en poder de las autoridades estadounidenses, debería ser juzgado por sus crímenes por un tribunal "independiente e imparcial". "Sería más positivo que se tratase de un tribunal mixto, formado por jueces iraquíes y alguno internacional, quizá con el asesoramiento de la Organización de las Naciones Unidas", dijo Garzón. "Si no se garantiza la absoluta tranquilidad para juzgarlo en Irak", agregó el juez, "debería hacerse fuera".

El magistrado, una de las figuras más visibles y controvertidas de la justicia internacional, arremetió contra los comentarios de algunos líderes estadounidenses que acusaron a España de haber "hincado las rodillas" tras el atentado del 11 de marzo en Madrid. "Esos comentarios son repudiables. Quien dice eso o bien desconoce lo que es el pueblo español en su lucha contra el terrorismo, o bien se mueve con fines maliciosos", señaló el juez nacido en un pueblo de la provincia andaluza de Jaén en 1955.

Garzón indicó que las normas legales son un instrumento suficiente para hacer frente a quienes las quebrantan, incluso si se trata de terroristas, y señaló que un centro como el de Guantánamo (la base estadounidense en Cuba) que detiene a los presos de forma indefinida y sin ninguna garantía "no tendría que haber existido nunca". El juez criticó la desconfianza entre las diferentes agencias de seguridad y la falta de coordinación entre los países y señaló que "tendríamos que tener capacidad suficiente no sólo para bombardear países, sino para poner normas y reglas".

El magistrado, que el año pasado dictó un auto de procesamiento contra Osama ben Laden, se refirió a la red terrorista Al Qaida como "una franquicia que cada uno utiliza según le interesa", y lamentó que gracias a su estructura, formada por unos 30 grupos independientes de todo el mundo, sea tan difícil luchar contra ella. Garzón apostó por centrarse no sólo en los efectos sino también en las causas del terrorismo. En este sentido, Garzón cree que entre los factores que hay que observar se encuentran el conflicto entre Israel y Palestina y la falta de programas de desarrollo en determinados países.

Además, el juez piensa que la Corte Penal Internacional debería cobrar más importancia y convertirse en un elemento "de prevención y no de dispersión", una opinión compartida por el fiscal Carlos Castresana, que también participó en la ponencia. Castresana, autor de la denuncia que inició el caso contra el ex general chileno Augusto Pinochet, lamentó que algunos de los países más poderosos del mundo, como EEUU, Rusia o China, estén fuera del sistema internacional de justicia. Garzón, que acaba de presentar su candidatura como presidente de la Audiencia Nacional, señala que, caso de salir elegido, se trataría del mismo trabajo pero desde otro punto de vista, desde el enjuiciamiento y no la instrucción: "Son los mismos juicios y la misma competencia", asegura. Y, posiblemente, los mismos riesgos.

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