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Serena Williams y Sharapova disputarán la final de Wimbledon

La rusa de 17 años Maria Sharapova amenazará la hegemonía de la estadounidense Serena Williams, defensora del título en Wimbledon, en la lucha por esta corona tras clasificarse ambas con victorias ante la norteamericana Lindsay Davenport y la francesa Amelie Mauresmo, respectivamente.

La rusa de 17 años Maria Sharapova amenazará la hegemonía de la estadounidense Serena Williams, defensora del título en Wimbledon, en la lucha por esta corona tras clasificarse ambas con victorias ante la norteamericana Lindsay Davenport y la francesa Amelie Mauresmo, respectivamente.

L D (EFE) Sharapova, la gran sensación en Wimbledon, ha confirmado sus progresos. Si el martes se convirtió en la primera rusa en alcanzar los cuartos de final después de Anna Kournikova en siete años, esta vez ha colocado su nombre en la final, donde por fin habrá una jugadora de esta nacionalidad desde que Olga Morozova perdiera la de 1974 contra Chris Evert (6-0 y 6-4).

Morozova disputó también la de Roland Garros ese mismo año y contra la misma rival, pero también perdió. Después de aquellas actuaciones y 30 años más tarde, el tenis ruso disfruta de los mejores augurios. Anastasia Myskina ganó hace cuatro semanas en Roland Garros en la primera final totalmente rusa de la historia del Grand Slam contra Elena Dementieva, y ahora una jovencita de 17 años aspira a impedir que Serena gane por tercera vez en la Catedral, y se convierta en la primera jugadora que vence tres veces aquí desde la alemana Steffi Graf.

Sharapova ha vencido a Davenport por 2-6, 7-6 (7-5) y 6-1, en una hora y 53 y minutos, mientras que Serena se ha impuesto a Mauresmo por 6-7 (4-7), 7-5 y 6-4 en dos horas y 27 minutos. Será la segunda vez que se enfrentan, recordando que la americana se impuso este año ya en los cuartos de final de Cayo Vizcaíno, por 6-4 y 6-3. Suceda lo que suceda, el triunfo de Sharapova lleva sangre nueva a una final de Wimbledon. Sangre fresca, pues con 17 años y dos meses será la segunda finalista más joven de la historia de este torneo, después de la suiza Martina Hingis, que con 16 años y nueve meses ganó el título en la final de 1997 al derrotar a la checa Jana Novotna. Y sangre con otra mentalidad, pues en los dos parones por la lluvia, la rusa, en vez de inquietarse y ponerse nerviosa, se relajó leyendo la revista OK, dedicada a los cotilleos. Toda una prueba de que sabe concentrarse de otra manera.

La tenacidad de Sharapova y su gran confianza en si misma, la llevaron a la final, porque parecía perdida tras perder el primer set por 6-2 y ceder por 2-1 en el segundo, con una ruptura, cuando la lluvia acudió en su ayuda. Tras 50 minutos de interrupción, Davenport se puso incluso por delante 3-1, pero la joven rusa mantuvo la calma y su revés a dos manos hizo el resto. Maria rompió en el 3-3, forzó el desempate y allí dominó con autoridad para convertirlo a la tercera oportunidad. Luego, en el tercer set, Sharapova soltó todo su repertorio y el cansancio hizo mella en Davenport. La campeona de 1999, de 28 años, que quizás juegue en éste su último Wimbledon, notaba esa presión de la juventud. Maria robó el saque de la de Palos Verdes dos veces, para confirmar su acceso a la primera final grande de su carrera en una hora y 53 minutos.

Después, Serena Williams tenía que sufrir al máximo para vencer a Amelie Mauresmo, a pesar de que la francesa fue atendida tres veces en la pista por unos problemas en la parte baja de la espalda. Serena pudo acabar más rápido de haber sacado provecho de dos bolas de set en la primera manga, con 5-4 y saque, pero falló ambas, la segunda con una doble falta que se fue casi por un metro. La oportunidad no pasó para Amelie que tras forzar el desempate lo ganó gracias a su tenacidad en la red. Serena apretó entonces el acelerador, sus golpes se hicieron más profundos y la energía que puso en todos ellos fue quemando a su rival. Mauresmo pasaba por los peores momentos, pues además de sus problemas en la pierna derecha, su espalda se resentía. Serena se colocó con 5-3 y servicio pero de nuevo perdió esa oportunidad gracias a una soberbia reacción de "La Bella Amelie", como titulaba este jueves el diario L´Equipe.

Pero la americana no concedió más opciones. Rompió en el duodécimo y se hizo con la segunda manga, y en la tercera mantuvo la tensión y sus gritos de rabia, "¡Sí, sí!" se escucharon con más y más fuerza. Una ruptura en el décimo juego, y a la primera bola de partido acabó con Serena dando saltos en la Central, llena de júbilo. Era su victoria más especial, como ella misma señaló después, porque tras ser operada el año pasado de su rodilla izquierda ha estado ausente del circuito ocho meses, y volver le ha costado lo suyo.

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