L D (EFE) En un almuerzo-coloquio celebrado en Barcelona en el que ha intervenido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, Maragall se ha referido a unas reflexiones lanzadas por el presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, en torno a la reforma de la Constitución.
Maragall ha valorado que Rubio Llorente exponga que Cataluña, Galicia, País Vasco y Navarra poseen un "estatus tan diferencial que no se debería aprobar su estatuto propio si no es en el marco constitucional".
Esta planteamiento, según Maragall, lleva implícito un "problema" y una "ventaja" para Cataluña. El "problema" es que la aprobación del Estatuto en el Congreso requeriría un "acuerdo entre partidos", incluido el PP, para lograr el visto bueno de al menos dos tercios de los diputados, y la "ventaja" es que "la mayoría que aprobara nuestro Estatuto no sería circunstancial, sino permanente, para 25 años o más, y no estaría al albur de los resultados que se dieran en cada elección".
El presidente catalán ha augurado que esta idea "no caerá muy simpática ni será recibida con aclamación" desde muchas instancias en Cataluña, que "dirán que no quieren que el Estatuto deba ser aprobado por una mayoría cualificada, no simple". "Confío en que Esperanza Aguirre, Ruiz Gallardón, Josep Piqué y Manuel Fraga entiendan la importancia de lo que está en juego y de arriesgar para que se pueda obtener", ha apostillado Maragall, quien la pasada semana abogó por que "se explicite" en la Constitución que las nacionalidades históricas en España son Cataluña, País Vasco y Galicia.
Maragall ha valorado que Rubio Llorente exponga que Cataluña, Galicia, País Vasco y Navarra poseen un "estatus tan diferencial que no se debería aprobar su estatuto propio si no es en el marco constitucional".
Esta planteamiento, según Maragall, lleva implícito un "problema" y una "ventaja" para Cataluña. El "problema" es que la aprobación del Estatuto en el Congreso requeriría un "acuerdo entre partidos", incluido el PP, para lograr el visto bueno de al menos dos tercios de los diputados, y la "ventaja" es que "la mayoría que aprobara nuestro Estatuto no sería circunstancial, sino permanente, para 25 años o más, y no estaría al albur de los resultados que se dieran en cada elección".
El presidente catalán ha augurado que esta idea "no caerá muy simpática ni será recibida con aclamación" desde muchas instancias en Cataluña, que "dirán que no quieren que el Estatuto deba ser aprobado por una mayoría cualificada, no simple". "Confío en que Esperanza Aguirre, Ruiz Gallardón, Josep Piqué y Manuel Fraga entiendan la importancia de lo que está en juego y de arriesgar para que se pueda obtener", ha apostillado Maragall, quien la pasada semana abogó por que "se explicite" en la Constitución que las nacionalidades históricas en España son Cataluña, País Vasco y Galicia.