L D (EFE) Blair calificó de “adecuada” su decisión de ir a la guerra contra la tiranía baazista, y dijo que, de acuerdo con la información disponible en esos momentos, cualquiera hubiera hecho lo mismo. Lo que le transmitieron los servicios secretos dejaba “pocas dudas sobre las armas de destrucción masiva de Irak”, afirmó el mandatario británico. Asimismo, recordó que pensaban de igual manera la mayoría de los dirigentes de los países que apoyaron la resolución 1441 de Naciones Unidas.
"Aún pienso que hice lo correcto", replicó Blair a los diputados que le pidieron que reconociera haberse equivocado.
El ex dictador de Irak tenía "toda la intención" de desarrollar ADM
Aunque en el Informe Butler –elaborado por una comisión presidida por Lord Butler y divulgado el pasado día 14– se dice que los datos de inteligencia esgrimidos para justificar la guerra contra la tiranía baazista eran “defectuosos”, Blair afirmó este martes que había razones para creer tanto que Sadam Husein “tenía toda la intención de desarrollar” armamento de destrucción masiva (ADM) como que “estaba buscando los materiales” necesarios para ello.
Cabe recordar que en el mencionado informe se exculpa al Ejecutivo de obrar con “mala fe” y se afirma que los errores fueron colectivos, por lo que no se pedía la dimisión de nadie.
El primer ministro aprovechó su comparecencia en el Parlamento para anunciar una revisión de los procedimientos de comunicación entre el Ejecutivo y los servicios de espionaje, y anunció que en lo sucesivo el Gobierno alertará sobre las limitaciones de sus datos y las posibles reservas planteadas. Además, las opiniones del Gabinete serán presentadas de forma paralela a las evaluaciones del Comité Conjunto de Inteligencia (JIC).
Críticas de conservadores, liberal-demócratas y ex ministros laboristas
Blair fue criticado duramente en el debate por la oposición conservadora y liberaldemócrata, así como por algunos miembros de su propia formación (Partido Laborista). Clare Short, que abandonó la cartera de Cooperación Internacional debido a la implicación de su país en la guerra, le preguntó por qué no se había dejado seguir trabajando a los inspectores en Irak y buscado el apoyo de la ONU. Aquél le contestó diciendo que no había perspectivas de lograr una resolución conjunta porque Francia y otros países se negaban a incluir un ultimátum para que Sadam Husein cumpliera con sus obligaciones internacionales.
El también ex ministro laborista Robin Cook acusó al Gobierno de interpretar parcialmente la información de los servicios secretos, e instó al premier a condenar en público la estrategia de la "guerra preventiva". Por su parte, el líder de los conservadores, Michael Howard –cuyo partido apoyó la guerra–, manifestó que, sabiendo lo que se sabe ahora sobre los datos de Inteligencia, no hubiera podido votar el documento parlamentario que autorizó la intervención de las tropas británicas en Irak. Mientras que el líder de los liberaldemócratas, Charles Kennedy, reiteró su “completo desacuerdo” con la guerra y exigió al primer ministro que pidiera disculpas a la ciudadanía.