(Libertad Digital) La bronca del técnico rojiblanco, César Ferrando, tras la derrota (0-2) sufrida ante el Zlin checo en Madrid parece haber surtido efecto en los jugadores rojiblancos, que desterraron de su repertorio los balonazos largos que tanto enfadaron al preparador levantino el pasado sábado. Uno de los principales responsables de esta transformación fue el cántabro Gonzalo Colsa, que se volvió a enfundar la camiseta del Atlético tras jugar cedido en Valladolid y Mallorca los dos últimos años.
La presencia de Colsa, al que el colegiado le anuló un gol completamente legal a los doce minutos, permitió además mejorar las prestaciones de los argentinos Diego Pablo Simeone y Ariel Ibagaza, dos de los más damnificados por la mala imagen ofrecida ante el Zlin. Simeone, sin la obligación de construir, pudo centrarse en tareas defensivas, mientras que Ibagaza, sin la necesidad de bajar a la medular para recibir el balón, mostró todas sus cualidades como enganche.
Precisamente, sería Ibagaza el encargado de anotar el primer gol del conjunto rojiblanco al transformar, de manera magistral, a los dieciocho minutos un lanzamiento de falta que se coló por la escuadra derecha del meta local Damjanac. El otro gran beneficiado con la llegada de Colsa al equipo fue Fernando Torres, que por fin pudo disfrutar de la visión de juego de Ibagaza desde su "recuperada" posición de media punta. A los curenta minutos el árbitro pitó un penalti a Torres que él mismo se encargó de transformar en el 0-2.
Una ventaja que quizá hizo relajarse en exceso al Atlético al inicio del segundo tiempo, circunstancia que los colchoneros no tardaron en pagar por medio de el tanto de Simic (1-2). El tanto hizo reaccionar a los colchoneros, que de nuevo se volvieron a agrupar en torno a Colsa, que con un medido pase dio la oportunidad a los sesenta y seis minutos a Ibagaza de inventarse un gran centro, que no desaprovechó Simeone para de cabeza y en plancha firmar el definitivo 1-3.