L D (EFE) El precio del crudo marcó este lunes, en la preapertura del mercado, un nuevo máximo histórico en el nivel de los 43,92 dólares, impulsado por el temor a atentados terroristas a instituciones financieras estadounidenses. Además de esta amenaza -que ha hecho aumentar el nivel de alerta antiterrorista en EEUU-, el mercado está atenazado por otros factores, como el temor a posibles interrupciones en el suministro energético mundial por la crisis de la petrolera rusa Yukos o los ataques a instalaciones petroleras de Oriente Medio. 
Estos factores hicieron que la pasada semana el precio de los combustibles experimentaran importantes ascensos, especialmente el crudo, que podría atravesar así la barrera psicológica de los 44 dólares. El Gobierno de EEUU decidió poner el pasado domingo en alerta especial al sector de servicios financieros de las ciudades de Nueva York y Washington, así como el norte del estado de Nueva Jersey, vecino de la metrópoli neoyorquina.
La decisión fue tomada ante los indicios de que Al Qaida podría estar planeando atentados contra determinadas instituciones, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial (Washington); el banco Citigroup y la Bolsa (Nueva York) y la empresa de seguros Prudential (Newark, Nueva Jersey).
La OPEP no calma al mercado
En la sesión del pasado viernes, el contrato de referencia para el crudo tipo Texas, el de vencimiento en septiembre, cerró en los 43,80 dólares, con una subida de 96 centavos. Curiosamente, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) inició ya el incremento en la producción acordado hace unas semanas, sin que ello haya tenido un efecto en los precios. 
La cuota de producción de la OPEP (sin incluir a Irak) es de 26 millones de barriles diarios desde el pasado domingo, cuando entró en vigor el último incremento acordado por la organización, que sube esa oferta oficial en 500.000 barriles al día. Se trata de la segunda etapa del fuerte incremento (en más de un 10 por ciento) pactado por el Consejo de Ministros de la organización el pasado 3 de junio en Beirut para frenar la imparable subida de los precios del crudo, que la jornada anterior (2 de junio) habían tocado máximos históricos.