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Perales insiste en la estrategia de dar por sabido que el PP mintió para ganar las elecciones

El PSOE sigue extrayendo conclusiones de la comisión del 11-M sin esperar a que llegue el momento. Empezó Bono, le siguió López Garrido y ahora lo hace Alfonso Perales. La estrategia tiene dos vertientes: que lo importante de la comisión es cerrar un pacto para evitar otro 11-M y que ya es sabido que mintió el PP. Según Perales, "el PP no se sobrepuso al vértigo y sucumbió al presentar el atentado como provocado por ETA por las consecuencias electorales que ellos creían que les beneficiaban". La infamia es "secundaria".

El PSOE sigue extrayendo conclusiones de la comisión del 11-M sin esperar a que llegue el momento. Empezó Bono, le siguió López Garrido y ahora lo hace Alfonso Perales. La estrategia tiene dos vertientes: que lo importante de la comisión es cerrar un pacto para evitar otro 11-M y que ya es sabido que mintió el PP. Según Perales, "el PP no se sobrepuso al vértigo y sucumbió al presentar el atentado como provocado por ETA por las consecuencias electorales que ellos creían que les beneficiaban". La infamia es "secundaria".
L D (Agencias) Sin un horizonte claro sobre cómo deben realizarse las conclusiones sobre los trabajos de la comisión de investigación del 11-M e incluso con la posibilidad de que sigan las comparecencias, el PSOE está dedicando el mes de agosto a repetir una doble consigna que anule una vez más la eficacia de una comisión parlamentaria.
 
Esta vez ha sido el coordinador de relaciones Institucionales del partido, Alfonso Perales, el encargado de promover la estrategia. En pocas palabras se trata de culpar al PP de mentir para ganar las elecciones, pero como algo “secundario” –así lo interpretó Diego López Garrido– que ya saben “todos los españoles”. Lo importante para el PSOE es que la masacre empieza a considerarse como inevitable aunque faltara previsión y que los partidos deben pactar medidas para que no se repita.
 
En declaraciones a la agencia Europa Press, Alfonso Perales, dice este domingo que "todo el ruido de la comisión tiene que concluir en que hay que tomar medidas para una mejora de la coordinación entre los servicios policiales y los de investigación", y añade, por cierto, que el Gobierno de Zapatero ya está tomando decisiones en ese sentido, poniendo el ejemplo del Centro Nacional Antiterrorista.
 
Tras el parón de las vacaciones, el primero en esgrimir la estrategia fue el misnitro de Defensa, José Bono, con unas graves acusaciones contra el ex titular de Interior, Ángel Acebes. Para Bono fue “tristísimo que los asesinos de ETA dijeran la verdad y el ministro dijera una mentira”. Añadió que “esto es así, con comisión o sin comisión”. Llegó después el secretario general del Grupo Socialistas en el Congreso, Diego López Garrido, para quien pedir responsabilidades al anterior Gobierno o saber quién mintió es “secundario” porque, a su juicio, “todos los españoles saben que fue el PP”.
 
Perales se expresa casi en los mismos términos. Considera que "la segunda parte" importante de los trabajos realizados por la comisión de investigación es la que refleja que "el PP no se sobrepuso al vértigo y sucumbió a la hora de presentar el atentado como provocado por ETA, ya que eso tenía consecuencias electorales que ellos creían que les beneficiaban". Es decir, que mintió a sabiendas.
 
Añade Perales en sus declaraciones a Europa Press que "era tan grave los sucedido que ellos (los del PP) tenían que haber aparecido ante la opinión pública admitiendo, desde el momento que se tiene constancia de la furgoneta y su contenido, que el Gobierno tenía serias dudas de la participación de ETA". Así que, pese a que el socialista dice que “probablemente a lo mejor no se pudo evitar el atentado” –nueva y grave acusación–, la primera conclusión que debe extraerse de la comisión no es si hubo pistas falsas, informaciones interesadas o manipulación, sino pactar medidas para mejorar la prevención.

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