L D (EFE) Inmediatamente, en medio de los aplausos de los presentes, el ayudante le llevó un vaso de papel con agua. El Pontífice se recuperó y prosiguió con el texto. En otro momento, tras hacer una larga pausa para poder seguir leyendo, debido a sus problemas para hablar y respirar, se le escuchó decir: "tengo que acabar" (el texto). Y así lo hizo, saltándose sólo un par de párrafos de la larga homilía.
La misa duró más de tres horas y al final se le volvió a ver cansado, "algo normal", según el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, teniendo en cuenta sus años y salud. De todas modos volvió a sacar fuerzas de flaqueza y tras el ángelus saludó en siete idiomas a los presentes, entre ellos en español.
La misa duró más de tres horas y al final se le volvió a ver cansado, "algo normal", según el portavoz vaticano, Joaquín Navarro Valls, teniendo en cuenta sus años y salud. De todas modos volvió a sacar fuerzas de flaqueza y tras el ángelus saludó en siete idiomas a los presentes, entre ellos en español.
Unas 300.000 personas asistieron a la misa celebrada en una pradera del santuario de Lourdes, adonde el Papa llegó este sábado para conmemorar el 150 aniversario de la proclamación, por parte de Pío IX en 1854, del dogma de la Inmaculada Concepción.