L D (Agencias) En este contexto, el presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, Carlos Bustelo, vaticinó que de mantenerse esta tendencia, “muy pronto las televisiones obtendrán más ingresos por la vía de las subvenciones que con la contratación de publicidad”. El directivo realizó esta profecía en su informe anual sobre el sector de las “telecos” correspondiente al ejercicio de 2003.
De acuerdo con la página de noticias financieras www.finanzas.com, en 2003 la cuantía de las ayudas estatales recibidas por las cadenas públicas, tanto de ámbito nacional como las de carácter autonómico, ascendieron a 1.445 millones de euros, lo que implicaba una tasa de crecimiento del 7,9 por ciento con respecto a 2002. En contraste, los ingresos publicitarios del conjunto de las televisiones, públicas y privadas, se situó en 2.049 millones, con un incremento más moderado: del 5,1 por ciento.
El estudio afirma que en Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y España existen mercados televisivos muy similares, con dos o tres canales públicos de ámbito nacional, que son líderes de audiencia en sus respectivos territorios. Por ejemplo, la cuota de pantalla oscila entre el 49% que tiene la televisión estatal italiana RAI y el 32% que controlan TVE1 y La 2 en España.
Mediaset controla en Italia el 58% de la facturación por anuncios, mientras que su cuota de pantalla es del 42%. En Reino Unido, la privada ITV se come el 54% de la tarta publicitaria, mientras que su share es sólo del 25%. En Francia TF1 obtiene el 50% de los ingresos publicitarios mientras que su número medio de televidentes es del 32%. Pero Antena 3, y su competidora y aliada Tele 5, se sienten víctimas de una grave discriminación: controlan una cuota de audiencias del 20% aunque sólo tienen acceso a entre el 25,5% y del 27,3% del pastel publicitario.
Por todo ello, ambos canales se han lanzado a una campaña de lobby con el fin de hacer valer su tesis en el "comité de sabios" nombrado por Zapatero para analizar la televisión pública. Ésta es que la televisión pública debe ser sufragada, mediante un canon. Mientras que el mercado publicitario debe ser exclusivo al que sólo concurrirán los canales que no reciben subvenciones.