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El Gobierno valenciano dice que las desaladoras de Narbona ocuparán como 300 campos de fútbol

Los cálculos siguen dando la razón a la tesis que en 1995 enunció el entonces ministro de Obras Públicas, Josep Borrell. El consejero de Territorio y Vivienda de la Comunidad Valenciana, Rafael Blasco, alerta de que la construcción de las desaladoras en esta comunidad ocuparían tres millones de metros cuadrados que se elevarían a quince con las construcciones auxiliares, "una ocupación de suelo superior en un 60 por ciento a la del trasvase para obtener un tercio del agua prevista en el mismo". Y, como decía Borrell, más cara.

L D (Agencias) Ante el auténtico catálogo anti desalación que remitió en 1995 el ministro Borrell al ministro Eguiagaray en una carta recogida por la agencia Fax Press, los datos que aparecen ahora no hacen sino reforzar la tesis de que este sistema de abastecimiento de agua es el peor de los posibles. Menos agua y más cara que con los trasvases y además,
 
El consejero de Territorio y Vivienda de la Comunidad de Valencia, Rafael Blasco, ha dicho este jueves que las seis plantas desaladoras previstas por el Ministerio de Medio Ambiente en esa comunidad ocuparán una superficie equivalente a 300 campos de fútbol, es decir, unos tres millones de metros cuadrados. Pero las plantas requieren de edificios auxiliares que podrían elevar la superficie total 15 millones de metros cuadrados. En concreto, los centros de transformación de electricidad de alta a baja tensión ocuparían un millón de metros cuadrados y los tendidos eléctricos, otros cinco millones. En suma, como se apunta desde el gobierno valenciano, "una catástrofe ambiental". El cálculo se obtiene a partir de las dimensiones de la desaladora de Carboneras, en Almería, por cierto, cerrada por la Junta de Andalucía por la emisión de CO2 y salmuera.
 
Rafael Blasco ha recordado también que cuando Josep Borrell era ministro de Obras Públicas y Cristina Narbona secretaria de Estado de Medio Ambiente "los socialistas rechazaban las plantas desaladoras y defendían el trasvase como la mejor opción para hacer llegar agua a la Comunidad Valenciana".
 
Blasco consideró "intolerable" que las necesidades hídricas de la Comunidad Valenciana "dependan de los intereses coyunturales que el PSOE tiene en cada momento, ya que mientras la Comunidad se juega su futuro, los socialistas valencianos guardan silencio en cuestiones básicas como ésta y practican la demagogia y la ceremonia de la confusión siempre que pueden".
 
Otro dato señalado por el consejero de Territorio es que las desaladoras necesitan 360 kilómetros de conducciones, y que "si se desalara el mismo caudal de agua que el previsto en el trasvase, harían falta 1.080 kilómetros de tuberías o canales, es decir, 2,5 veces la longitud del trasvase". Además, con la misma longitud de canales y conducciones de agua dulce o salmueras "únicamente" se obtendrá un tercio del volumen de agua prevista en el trasvase del Ebro, y "esto –añade Blasco– sobre unos trazados que técnica y ambientalmente son ahora mismo una incógnita".

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